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Capítulo 5 Trastornos genéticos y congénitos
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lo que va acompañado de un aumento de las hormonas gonadotró picas hipotalámicas. El tratamiento con andrógenos suele iniciarse cuando existen pruebas de un déficit de testosterona. La infertilidad es frecuente en los hombres con síndrome de Klinefelter, debido a la disminución en el recuento de espermatozoides. Cuando sí se producen espermatozoides, la criopreservación puede ser útil para una futura planificación familiar (Samango-Sprouse y cols., 2019). Sin embargo, se aconseja el asesoramiento genético debido al mayor riesgo de anomalías cromosómicas autosómicas y sexuales. Trastornos de genes mitocondriales Las mitocondrias contienen su propio ADN, que es distinto del ADN en el núcleo celular. Aunque la mayoría de las alteraciones hereditarias proceden de anomalías en el ADN nuclear, existen diversos reordenamientos y mutaciones causantes de enferme dad que pueden producirse en el ADN mitocondrial (ADNmt). Este ADN está empaquetado en un cromosoma circular de doble cadena y contiene 37 genes: 2 de ARN ribosómico, 22 de ARN de transferencia y 13 estructurales que codifican subunidades de las enzimas de la cadena respiratoria mitocondrial, las cuales partici pan en la fosforilación oxidativa y en la generación de trifosfato de adenosina. Dado que el ADNmt solo se hereda de la madre biológica, todas las alteraciones en el genoma mitocondrial se heredan tam bién por vía materna. Esta herencia materna se comprende mejor por medio de los procesos que tienen lugar durante la concepción. Los óvulos contienen numerosas mitocondrias en su abundante citoplasma, mientras que los espermatozoides contienen pocas mitocondrias, o ninguna. Así pues, el ADNmt del cigoto procede únicamente de la madre biológica. El cigoto y sus células hijas tie nen muchas mitocondrias, cada una de las cuales contiene muchas copias del ADNmt derivado de la madre. Durante el crecimiento del feto, o posteriormente, es probable que algunas células conten gan solo ADNmt normal o mutante (situación denominada homo plasmia ), mientras que otras reciben una mezcla de ADN normal y mutante ( heteroplasmia ). Por su parte, la expresión clínica de una enfermedad producida por una mutación del ADNmt depen derá del contenido total de genes mitocondriales y de la proporción de ellos que sea mutante. La fracción de ADNmt mutante debe superar cierto valor crítico para que una enfermedad mitocondrial se vuelva sintomática. Este umbral varía en los distintos órganos y presumiblemente está relacionado con las necesidades energéticas de las células. Las mutaciones del ADNmt suelen afectar los tejidos que dependen de la fosforilación oxidativa para satisfacer sus eleva das necesidades de energía metabólica. Así, las mutaciones del ADNmt dañan con frecuencia al sistema neuromuscular y produ cen trastornos como encefalopatías, miopatías, degeneración de la retina, pérdida de la función muscular extraocular y sordera. No obstante, el abanico de enfermedades mitocondriales es amplio y puede incluir también disfunción hepática, insuficiencia de la médula ósea, disfunción de los islotes pancreáticos y diabetes, entre otras afecciones. En la tabla 5-2 se describen ejemplos repre sentativos de trastornos secundarios a mutaciones en el ADNmt.
Estatura alta
Ausencia de vello facial
Hombros estrechos
Ginecomastia
Brazos y piernas largas
Caderas amplias
Vello púbico escaso
Atrofia testicular Infertilidad
Cuerpo de Barr
XXY
Figura 5-11 • Manifestaciones clínicas del síndrome de Klinefelter.
responden a la estimulación de las gonadotropinas y sufren dege neración. Esto da lugar a una estatura alta con proporciones cor porales anómalas, en las que la parte inferior del cuerpo es más larga que la superior. Más adelante en la vida, la constitución física puede volverse robusta, con una distribución de la grasa subcu tánea más parecida a la de las mujeres y con grados variables de crecimiento de las mamas. Es posible que los caracteres sexua les masculinos secundarios no se desarrollen completamente; los afectados por el síndrome de Klinefelter pueden tener una voz que sigue siendo aguda, y barba y vello púbico escasos. Aunque el intelecto suele ser normal, la mayoría de los hombres 47,XXY presentan algún grado de alteración en el lenguaje (Samango Sprouse y cols., 2019). También presentan hipogonadismo congénito, que se traduce en incapacidad para producir cantidades normales de testosterona,
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