Lilly-Cardiología, 7ed
El electrocardiograma 85
1. Una fuerza eléctrica dirigida hacia el polo ( + ) de una derivación determina una deflexión positiva en el registro del ECG en esa derivación. 2. Las fuerzas que se alejan del elec- trodo ( + ) determinan una deflexión negativa en esa derivación. 3. La magnitud de la deflexión, ya sea ascendente o descendente, refleja el grado de paralelismo que guarda la fuerza eléctrica respecto del eje de la derivación que se analiza. Mien- tras más paralela sea la fuerza eléc- trica a la derivación, mayor será la magnitud de la deflexión.
V 6
V 5
VI
VD
V 4
V 3
V 1
V 2
B A FIGURA 4-7. Derivaciones precordiales (torácicas). A. El plano transversal del tórax. B. Disposición de los seis electrodos precordiales representados en el plano transversal. Obsérvese que el ventrículo derecho es anterior al ventrículo izquierdo.
4. Una fuerza eléctrica orientada en dirección perpendicular a una derivación electrocardiográfica no genera el registro de alguna actividad en esa derivación (una línea isoeléctrica en el registro). Las seis derivaciones estándares de las extremidades examinan las fuerzas eléctricas en el plano frontal del cuerpo. Sin embargo, puesto que la actividad eléctrica viaja en tres dimensiones, también son esenciales los registros desde un plano perpendicular (Fig. 4-7). Esto se logra al usar seis electro- dos colocados sobre la cara anterior y lateral izquierda del tórax ( véase Fig. 4-3B), lo que genera las derivaciones precordiales (también denominadas torácicas ). La orientación de estas derivaciones en torno al corazón en el plano transverso se muestra en la Figura 4-7B. Estas son derivaciones unipo- lares y, al igual que en el caso de las derivaciones unipolares de las extremidades, las fuerzas eléc- tricas que se dirigen hacia estos electrodos (+) independientes generan una deflexión positiva en el registro de esa derivación, y las fuerzas que se alejan determinan un registro con deflexión negativa. Un ECG completo registra muestras de cada una de las seis derivaciones de las extremidades y de cada una de las seis derivaciones precordiales en un orden estandarizado; más adelante en este capítulo se presentan ejemplos ( véanse Fig. 4-28 a 4-36).
SECUENCIA NORMAL DE ACTIVACIÓN CARDIACA
La conducción de los impulsos eléctricos a través del corazón es un proceso ordenado. El impulso normal comienza en el nodo sinoauricular, ubicado en la unión de la aurícula derecha y la vena cava superior (Fig. 4-8). La onda de despolarización se distribuye con rapidez por las aurículas derecha e izquierda, y luego alcanza el nodo auriculoventricular (AV), donde sufre un retraso esperado. El impulso viaja entonces con rapidez por el haz de His y se dirige a sus ramas derecha e izquierda. Estas últimas se dividen en fibras de Purkinje, que se distribuyen hacia las fibras miocárdicas y las estimulan para despolarizarse y contraerse. Cada latido cardiaco esta representado en el ECG por tres deflexiones principales que registran la secuencia de la propagación eléctrica (Fig. 4-8B). La onda P representa la despolarización de las au‑ rículas. Tras la onda P, el registro recupera su nivel inicial como consecuencia del retraso para la con- ducción en el nodo AV. La segunda deflexión del ECG, el complejo QRS , representa la despolarización de las células del músculo ventricular. Después del complejo QRS, el trazo recupera una vez más su nivel inicial y, tras un retraso breve, la onda T señala la repolarización de las células ventriculares. En ocasiones una deflexión discreta adicional sigue a la onda T (la onda U , Fig. 4-8C), que se piensa representa las fases tardías de la repolarización ventricular. El complejo QRS puede tener diversas configuraciones, pero siempre puede subdividirse en com- ponentes independientes (Fig. 4-9). Si la primera deflexión del complejo QRS es negativa , se le llama onda Q. Sin embargo, si la deflexión inicial es positiva, entonces ese complejo específico carece de onda Q . La onda R se define como la primera deflexión positiva , ya sea que exista o no una onda Q. Cualquier deflexión negativa que siga a la onda R se denomina onda S. La Figura 4-9 muestra dis- tintas variaciones frecuentes del complejo QRS. En ciertas condiciones patológicas, por ejemplo, los SAMPLE
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