Hansen_9788419284655. Manual de neonatología.9ed

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Traumatismos de nacimiento

4 meses de edad. Si la tortícolis persiste después de 6 meses de fisioterapia, resulta necesaria la cirugía. e. En hasta 20% de los pacientes con tortícolis congénita, puede haber displasia congénita de cadera. Se justifica un examen cuidadoso de la cadera con una evaluación adicional según se indique. f. También debe evaluarse la función visual, incluyendo la alineación, los reflejos rojos y la fijación/seguimiento de la luz. Puede haber debilidad de los músculos oculomotores. 10. Lesión faríngea a. Pueden producirse lesiones submucosas faríngeas menores con la aspi- ración del bulbo posparto. La colocación de una sonda nasogástrica o en dotraqueal puede provocar lesiones más graves, como la perforación de la cavidad mediastínica o pleural. Los recién nacidos afectados pueden tener abundantes secreciones y dificultad para tragar, y puede ser difícil hacer avan zar una sonda nasogástrica. b. Las lesiones submucosas leves suelen curarse sin complicaciones. Los traumatismos más extensos requieren un diagnóstico y un tratamiento rápi dos para su completa resolución. c. El diagnóstico de un desgarro retrofaríngeo se realiza mediante una ra diografía con material de contraste hidrosoluble. Los lactantes son tratados con antibióticos de amplio espectro y la alimentación oral suele suspenderse durante 2 semanas. El estudio de contraste puede repetirse para confirmar la curación antes de reiniciar la alimentación. Los lactantes con derrames pleurales pueden requerir la colocación de un tubo torácico. Debe obtenerse una consulta quirúrgica, especialmente si la fuga persiste o la perforación es grande. B. Lesiones del nervio craneal, de la médula espinal y de los nervios periféricos 1. Lesiones de los nervios craneales a. Lesión del nervio facial (nervio craneal VII) i. La lesión del nervio facial es la lesión nerviosa periférica más común en los neonatos, y se produce hasta en 1% de los nacidos vivos. La inciden cia exacta se desconoce, ya que muchos casos son sutiles y se resuelven fácilmente. Entre las causas se incluye la compresión del nervio facial por fórceps (en particular los fórceps medios), la presión sobre el nervio se cundaria a que la cara del feto se apoye en el promontorio sacro materno o, raramente, por la presión de una masa uterina (p. ej., un fibroma). ii. La lesión del nervio facial provoca una facies de llanto asimétrica. a) La lesión del nervio facial central es menos frecuente que la lesión del nervio periférico. La parálisis se limita a la mitad inferior o a los dos tercios del lado contralateral, que es liso y no presenta pliegue nasolabial. La comisura de la boca se inclina. El movimiento de la frente y del párpado no se ve afectado. b) La lesión periférica afecta a todo el lado de la cara y es compatible con una lesión de la neurona motora inferior. El pliegue nasolabial está aplanado y la boca está caída en el lado afectado. El niño es incapaz de arrugar la frente y cerrar el ojo completamente. La lengua no está involucrada. c) La lesión de la rama nerviosa periférica provoca una parálisis que se limita a un solo grupo de músculos faciales: la frente, el párpado o la boca.

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