Hansen_9788419284655. Manual de neonatología.9ed

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Evaluación y tratamiento en el periodo posnatal inmediato

asociado fracturas de cráneo hasta en 10% de los cefalohematomas. Se debe obtener una resonancia magnética de la cabeza si se presentan síntomas neurológicos. La mayoría de los cefalohematomas se resuelven en 8 sema nas. En ocasiones, se calcifican y persisten durante varios meses o años. iii. El tratamiento se limita a la observación en la mayoría de los casos. La incisión y aspiración de un cefalohematoma puede introducir una infección y está contraindicada en la mayoría de los casos. La anemia o la hiperbilirrubinemia deben tratarse según sea necesario. c. Hematoma subgaleal i. El hematoma subgaleal es una hemorragia bajo la aponeurosis del cuero cabelludo. Se observa con mayor frecuencia después de partos asistidos con ventosas o fórceps. ii. Dado que el espacio subgaleal o subaponeurótico se extiende desde las crestas orbitales hasta la nuca y lateralmente hasta las orejas, la hemo rragia puede extenderse por todo el calvario. iii. La presentación inicial suele incluir palidez, falta de tono y una hin chazón fluctuante en el cuero cabelludo. El hematoma puede crecer lentamente o aumentar en forma rápida y provocar un choque. Con la propagación progresiva, las orejas llegan a desplazarse hacia delante y se produce una hinchazón periorbital. Puede aparecer una equimosis en el cuero cabelludo. La sangre se reabsorbe lentamente y la hinchazón se resuelve de manera gradual. La morbilidad puede ser importante en los lactantes con hemorragia grave que requieren cuidados intensivos por esta lesión. La tasa de mortalidad es de hasta 14%. La muerte se atribuye a la importante pérdida de volumen, que provoca choque hi povolémico y coagulopatía. iv. No existe una terapia específica. El bebé debe ser observado de cerca para detectar signos de hipovolemia, y el volumen de sangre debe ser mantenido según sea necesario con transfusiones. También es preciso proporcionar fototerapia para la hiperbilirrubinemia y considerar la po sibilidad de investigar un trastorno hemorrágico. El drenaje quirúrgico se plantea como una posibilidad solo en caso de deterioro clínico ince sante. Un hematoma subgaleal asociado a abrasiones de la piel corre el riesgo de infectarse, de manera que debe tratarse con antibióticos y, si se requiere, se realiza un drenaje. 3. Hemorragia intracraneal (véase capítulo 54) 4. Fractura de cráneo a. Las fracturas de cráneo pueden ser lineales, normalmente con afectación del hueso parietal, o deprimidas, involucrando los huesos parietales o fron tales. Estas últimas suelen estar asociadas al uso de fórceps. Las fracturas del hueso occipital se asocian con mayor frecuencia a los partos de nalgas. b. La mayoría de los neonatos con fracturas de cráneo lineales o deprimidas son asintomáticos, a menos que haya una hemorragia intracraneal asociada (p. ej., hemorragia subdural o subaracnoidea). La osteodiastasis occipital es una separación de las porciones basal y escamosa del hueso occipital que suele provocar una contusión cerebelosa y una hemorragia importante. Puede ser una complicación letal en los partos de nalgas. Una fractura lineal asociada a un desgarro dural puede provocar una herniación de las meninges y del cerebro, con el desarrollo de un quiste leptomeníngeo .

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