Control motor. De la investigación a la práctica clínica

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PARTE II  Control postural

T A B L A 11.8

Programa de tratamiento de rehabilitación para un paciente con desequilibrio causado por un tumor cerebeloso extirpado (Continuación)

Justificación

Actividad de tratamiento

Promover el uso de movimientos oculares sacádi- cos para estabilidad de la mirada

Movimientos activos de ojos y cabeza entre dos objetivos, varias velocidades OA, objetivo móvil con movimiento de la cabeza, diversas velocidades, fondos estático y dinámico Bipedestación semitándem con OC en forma continua y con OA en superficies firme y distensible Marcha con OC con base de apoyo progresivamente reducida, superficies firme y distensible; marcha en el mismo lugar con lentitud, con OA y OC en superficies firme y distensible Marcha con OA, giros agudos rápidos a derecha e izquierda, superficies firme y distensible

Promover cancelación de RVO

Mejorar la capacidad para utilizar aferencias somato- sensoriales y vestibulares para control postural Mejorar el control postural utilizando aferencias vestibulares y somatosensoriales Mejorar el control postural utilizando aferencias visuales y vestibulares Mejorar el control postural cuando la cabeza se mueve utilizando todas las aferencias sensoriales Mejorar el control postural utilizando todas las afe- rencias sensoriales

Marcha con base de apoyo normal, OA, movimientos rápidos de la cabeza

Trenzado; práctica activa de movimientos de balanceo del tobillo; activida- des de flexionar y alcanzar

RCO, reflejo cervicoocular; OA, ojos abiertos; OC, ojos cerrados; RVO, reflejo vestibuloocular. Reimpreso de Gill-Body KM, Popat RA, Parker SW, et al. Rehabilitation of balance in two patients with cerebellar dysfunction. Phys Ther 1997;77:534-552, con autorización.

no el número de personas que se cayeron; 2) las interven- ciones de protección en el domicilio no redujeron la tasa de caídas o el número de personas que se cayeron, pero fueron eficaces en personas con alteración visual grave y en otras con mayor riesgo de caídas, y 3) el tratamiento farmacológico, que incluyó la retirada de medicamentos psicoactivos, redujo la tasa de caídas (cociente de tasa, 0,34; IC 95%, 0,16 a 0,73), pero no el riesgo de caídas. El análisis también señaló los efectos de diferentes tipos de programas de ejercicio sobre la tasa y el riesgo de caídas. El ejercicio multicomponente en grupos redujo tanto la tasa de caídas (cociente de tasa: 0,78; IC 95%, 0,71 a 0,86) como el número de personas en riesgo de caída (cociente de riesgo, 0,83; IC 95%, 0,72 a 0,97), lo mismo que el taichí (cociente de tasa, 0,63; IC 95%, 0,52 a 0,78; cociente de riesgo: 0,65; IC 95%, 0,51 a 0,82). Además, el ejercicio multicomponente basado en el domicilio prescrito de forma individual redujo significativamente tanto la fre- cuencia de caídas (cociente de tasa 0,66; IC 95%, 0,53 a 0,82) como el número de personas que se cayeron (co- ciente de riesgo 0,77; IC 95%, 0,61 a 0,97). Si bien el análisis reveló evidencia que respalda la función del ejercicio en la prevención de caídas en adultos mayores, también advirtió que es posible que las caídas no puedan prevenirse del todo. Sin embargo, sí que es facti- ble reducir el número de caídas entre personas que se caían con frecuencia. Además, en el informe se concluyó que por el momento no se dispone de evidencia que res- palde la eficacia de ninguna intervención en las caídas en personas con ACV o EP o después de una fractura de cadera. Varios estudios han revelado que una sola interven- ción como el ejercicio puede ser tan eficaz para reducir las AMPLE caídas como las intervenciones multifactoriales complejas (Campbell y Robertson, 2007; Gardner et al ., 2000; She- rrington et al ., 2008). No obstante, estos análisis son consis- tentes al señalar que el ejercicio en sí mismo es eficaz para reducir la frecuencia de caídas sólo si 1) se dirige específi- camente a personas cuyos factores de riesgo primarios mejoran con el ejercicio (p. ej., alteraciones del equilibrio, marcha y fuerza en la extremidad inferior) y 2) es de sufi- ciente intensidad para modificar estos factores de riesgo (Gardner et al ., 2000; Sherrington et al ., 2008). ¿Cuánto ejer- cicio y de qué tipo es necesario para reducir las caídas? Los rasgos decisivos de los estudios con resultados satis- factorios sobre el ejercicio para la prevención de caídas incluyó una dosis total (una combinación de frecuencia de ejercicio semanal con duración total) de más de 50 horas de entrenamiento, así como entrenamiento del equilibrio con un alto grado de dificultad. Estos análisis sistemáticos indican que el ejercicio (incluyendo combinaciones de equilibrio, fuerza y entre- namiento de resistencia) mejoran el equilibrio y reducen las caídas en adultos mayores que viven en sus hogares. A fin de que sea eficaz, el ejercicio debe ser de duración e intensidad suficientes (aunque todavía no se han definido por completo el rango y la intensidad óptimos) y dirigirse a personas cuyos factores de riesgo primarios para caídas pueden reducirse mediante el ejercicio. RESUMEN 1. Una estrategia orientada a la tarea para examinar el control postural utiliza diversas pruebas, mediciones y observaciones a fin de a) documentar las capacida- des funcionales relacionadas con la postura y el con-

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