Control motor. De la investigación a la práctica clínica
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PARTE II Control postural
exposición a estímulos optocinéticos, como cortinas móvi- les con tiras, carteles de cartón grandes móviles con líneas verticales o incluso habitaciones móviles (v. capítulo 7). A los pacientes con una mayor dependencia de las aferencias somatosensoriales de los pies en contacto con la superficie se les pide que realicen tareas en sedestación o bipedestación en superficies que proporcionan una dismi- nución de la señal somatosensorial para la orientación, como superficies alfombradas o de espuma flexible, o en superficies móviles, como una tabla inclinable. Por último, para mejorar la capacidad del paciente para utilizar la información vestibular restante para la estabilidad postu- ral, se le brindan ejercicios que requieren que el paciente se equilibre mientras simultáneamente se reducen las afe- rencias visuales y somatosensoriales para la orientación, como la bipedestación en una superficie blanda maleable, una alfombra gruesa o una superficie inclinada, con los ojos cerrados. En la figura 11.28 se pide al paciente que gire su tronco mientras está en bipedestación en una superficie de espuma (blanda), con el propósito de reducir la disponibilidad de las aferencias somatosensoriales para el control postural y así aumentar la ponderación de las aferencias visuales y vestibulares para el control postural. En la figura 11.29, el sujeto utiliza gafas cubiertas con vase- lina y se pone en bipedestación sobre la superficie blanda mientras trata de alcanzar una taza. La justificación para este ejercicio es aumentar la dependencia de las aferencias vestibulares para el control postural mediante la reduc- Figura 11.28 Entrenamiento de la adaptación sensorial para el control postural. Se pide al paciente que gire el tronco mientras está en bipedestación sobre espuma (superficie blanda), con el fin de reducir la disponibilidad de las aferencias somatosensoriales para el control postural y de esta manera aumentar la ponderación de las aferencias visuales/vestibulares para el control postural. AMPLE ción de la disponibilidad de aferencias somatosensoriales y visuales. Evidencia derivada de la investigación. ¿Hay evidencia científica que indique que practicar las tareas en contextos sensoriales alterados puede mejorar la forma en que las personas organizan y seleccionan la información sensorial para el control del equilibrio? Parece ser que sí, tanto en poblaciones geriátricas como las que tienen trastornos neurológicos. Diversos estudios han demostrado mejoras en la organización de la información sensorial para el con- trol postural a través del entrenamiento en adultos mayo- res (Hu yWoollacott, 1994a, 1994b), adultos con disfunción vestibular (Cass et al ., 1996), ACV (Bayouk et al ., 2006; Bonan et al ., 2004; Smania et al ., 2008) y EM (Cattaneo et al ., 2007), y niños con sordera neurosensorial y alteración ves- tibular (Rine et al ., 2004). En un estudio realizado por Hu y Woollacott (1994a, 1994b) se utilizó un protocolo de entrenamiento del equi- librio que se enfocó en el empleo de diferentes aferencias sensoriales y la integración de las mismas de forma redu- cida o alterada. Los individuos (de 65 a 87 años de edad) participaron en cinco sesiones de entrenamiento de 1 h por semana durante 2 semanas. Los entrenamientos con- sistieron en ponerse en bipedestación sobre una plata- forma de fuerza bajo las siguientes condiciones sensoriales: superficie de apoyo normal, ojos abiertos y con la cabeza en posición neutral; superficie normal, ojos cerrados y Figura 11.27 Entrenamiento de la adaptación sensorial para el control postural. Se utilizan gafas cubiertas de vaselina para enturbiar, pero no bloquear por completo las señales visuales para el control postural.
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