Conroy_6ed. Musculos. Función y prurbas

SECCIÓN I: Fundamentos de la postura 41

descentrada estable para una articulación depende de la limitación del movimiento articular en una dirección. Para la cadera y la rodilla, la extensión es limitada. Las estruc turas ligamentosas, los músculos fuertes y los tendones son las fuerzas de contención que impiden la hiperextensión. La estabilidad en bipedestación se obtiene mediante esta limita ción normal del movimiento articular. Los ejercicios o manipulaciones que tienden a hiper extender la articulación de la rodilla o la de la cadera o que estiran excesivamente músculos como los isquiotibiales deben analizarse con detenimiento. La influencia normal de contención de los ligamentos y los músculos ayuda a mante ner una buena alineación postural con un esfuerzo muscular mínimo. Cuando los músculos y los ligamentos no ofrecen el apoyo adecuado, las articulaciones sobrepasan su amplitud de movimiento normal, y la postura puede volverse defec tuosa con respecto a las posiciones de hiperextensión de la rodilla y la cadera. Tobillos La línea de referencia habitual pasa ligeramente por delante del maléolo lateral y aproximadamente a través del vér tice del arco, designado lateralmente por la articulación calcaneocuboidea. En la posición neutra, la dorsiflexión del tobillo con la rodilla extendida es de aproximadamente 10°. Esto significa que, de pie, descalzo, con los pies ligeramente hacia fuera y las rodillas rectas, la parte inferior de la pierna no puede inclinarse hacia delante sobre el pie más de unos 10°. La desviación del cuerpo hacia delante (dorsiflexión del tobillo) se controla mediante la tensión de contención de los fuertes músculos y ligamentos posteriores. Sin embargo, este elemento de contención se altera sustancialmente con los cambios de altura del talón que colocan el tobillo en diversos grados de flexión plantar, y se altera de forma nota ble si se flexionan las rodillas. Pies En la postura modelo, la posición de los pies es aquella en la que los talones están separados unos 7.6 cm y la parte delantera de los pies está separada de modo que el ángulo de los dedos hacia afuera es de aproximadamente 8° a 10° de la línea media a cada lado, lo que suma un total de 20° o menos. Esta ubicación de los pies se refiere únicamente a la posición estática y descalza. Tanto la elevación de los talones como el movimiento afectan la posición de los pies. Para establecer una posición modelo de los pies (y determinar dónde deben colocarse los dedos apuntando hacia afuera, si es que debe suceder), es necesario consi derar el pie en relación con el resto del miembro inferior. La posición hacia afuera de los dedos no puede producirse en la rodilla, porque no hay rotación en la extensión. En la

alineación ideal, el eje de la articulación de la rodilla exten dida se encuentra en el plano frontal. Con la articulación de la rodilla en este plano, los dedos hacia afuera no pueden producirse desde el nivel de la articulación de la rodilla. Puede haber una posición hacia afuera como resultado de la rotación externa de la cadera. En este caso, sin embargo, toda la extremidad estaría rotada externamente y el grado de la posición hacia afuera de los dedos sería exagerado. Esto hace que la cuestión de si debe haber rotación del pie hacia afuera dependa de la relación del pie con la articulación del tobillo. La articulación del tobillo permite principalmente la dorsiflexión y la plantiflexión; no permite rotación apre ciable. La articulación del tobillo no se sitúa totalmente en el plano frontal. Según los anatomistas, se encuentra en un plano ligeramente oblicuo. La línea de oblicuidad es tal que se extiende desde levemente anterior en el maléolo medial hasta ligeramente posterior en el maléolo lateral. El ángulo en el que el eje de la articulación del tobillo se desvía del plano frontal sugiere que el pie por lo general se encuentra en una posición con los dedos ligeramente hacia afuera en relación con la parte inferior de la pierna. El pie no es una estructura rígida. Los movimientos de las articulaciones subastragalina y transversa del tarso permiten la pronación y supinación del pie, así como la abducción y aducción del antepié. La combinación de pronación y abduc ción del antepié se considera eversión del pie y la combi nación de supinación y aducción del antepié, inversión. Los movimientos pasivos o activos del pie y el tobillo revelan que el pie tiende a moverse en sentido exterior cuando se desplaza hacia arriba y a desplazarse en dirección interior cuando se desplaza hacia abajo. En bipedestación, el pie no está completamente dorsi flexionado sobre la pierna, ni en eversión total. Sin embargo, la persona que permanece de pie con las rodillas flexionadas y con la punta de los pies hacia fuera de forma marcada estará en dorsiflexión y eversión, una posición que causa estrés y tensión en el pie y la pierna. Cuando influyen los zapa tos con tacón, la posición de pie muestra diversos grados de flexión plantar del pie, en función de la altura del tacón. A medida que aumenta la altura del talón, también se incre menta la tendencia a adoptar una posición paralela de los pies o con los dedos hacia adentro.

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POSTURA

La relación entre la altura del talón y la punta del pie hacia afuera o hacia adentro es análoga a la posición del pie en bipedestación, al caminar y al correr. Cuando la per sona está descalza, es natural que los pies queden ligera mente hacia el exterior. De pie con los talones levantados o caminando rápido, los pies tienden a ponerse paralelos. A medida que la velocidad aumenta de caminata a esprint, los talones no entran en contacto con el suelo y el peso recae por completo en la parte anterior del pie. Hay entonces una tendencia a que la huella del antepié muestre los dedos hacia adentro. Copyright © 2024 Wolters Kluwer, Inc. Unauthorized reproduction of the content is prohibited.

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