Azadi_9788419284686.Ostergard. Uroginecología,7ed

CAPÍTULO 49 PROcedImIenTOS OblITeRATIvOS: cOlPOcleISIS de leFORT y cOlPOcleISIS cOn HISTeRecTOmíA 651

cognitivos están deteriorados, se debe considerar la consulta perioperatoria con un internista, geriatra, neurólogo u otra persona experta en el tratamiento de la demencia para reducir el riesgo de delirio posoperatorio. La aparición del delirio se reduce mejorando la orientación, disminuyendo la sobrecarga o privación sensorial y proporcionando tranquilidad. Los cuidados perioperatorios y posoperatorios se adaptan para una rápida recuperación y evitar un deterioro del estado funcional. Tras la colpocleisis, la deambulación precoz es vital. Los episodios hipertensivos pueden tratarse identificando una causa subyacente, como el dolor o la falta de medicación. Los vasodilatadores directos potentes están contraindicados debido a la posible exacerbación de la disfunción diastólica frecuente en los ancianos; por lo tanto, debe evitarse la sobrecarga de volumen. Debe garantizarse un control adecuado del dolor, así como evitar las interacciones farmacológicas habituales en esta población. La atelectasia es un acontecimiento posoperatorio frecuente; por lo tanto, la espirometría incentivada debe ini ciarse inmediatamente después de la cirugía con giros, tos y respiración profunda para evitar un mayor compromiso respi ratorio. También debe emplearse profilaxis contra la trombo sis venosa profunda, la infección y el estreñimiento. 33 Como se ha mencionado con anterioridad, la edad no es una contraindicación para la colpocleisis. Sin embargo, hay ciertos factores preoperatorios que deben tenerse en cuenta que pueden impedir que una paciente proceda a la cirugía. Aunque se trata de una cirugía mínimamente invasiva, es posible que las pacientes con factores de riesgo cardiovascular o pulmo nar graves no puedan someterse a la anestesia necesaria para la intervención. La colpocleisis de LeFort también está contra indicada en pacientes con antecedentes de patología uterina o cervicouterina que justifiquen la vigilancia o la estadificación

de la enfermedad. Por lo tanto, la confirmación de un cribado negativo de cáncer de cuello uterino y la ausencia de hemorra gia posmenopáusica con patología uterina es una parte esen cial de la evaluación preoperatoria. La literatura sugiere que “existe un riesgo de 1.1% de pasar por alto un carcinoma en dometrial precoz en mujeres posmenopáusicas cuando se pre serva el útero para la cirugía del prolapso”. 36 En 2010, Frick et al . realizaron un análisis retrospectivo de los hallazgos pato lógicos tras la histerectomía durante la medicina pélvica feme nina y la cirugía reconstructiva. Descubrieron que alrededor de 2.6% presentaba hiperplasia endometrial o neoplasia maligna imprevistas. 37 Jones et al . encontraron en su encuesta de 2017 de 322 médicos que realizan colpocleisis que 68% realizó ruti nariamente una evaluación endometrial antes de proceder con la cirugía. De ellos, alrededor de 81% procedió con ecografía transvaginal frente a 14% que realizó dilatación y legrado (con o sin histeroscopia) durante su evaluación preoperatoria. 27 A pesar de estos datos, no existe consenso sobre la necesidad de realizar una ecografía transvaginal o un muestreo endometrial antes de proceder a la colpocleisis. De hecho, un modelo de análisis de decisiones que comparaba la evaluación uterina con la ausencia de evaluación en mujeres sometidas a colpocleisis de LeFort concluyó que ninguna evaluación era superior a la biopsia o la ecografía. La evaluación endometrial no se consi deró rentable en poblaciones de bajo riesgo. 38

TÉcnIcAS colpocleisis de leFort

Se sostiene el cuello uterino o la cúpula vaginal y se saca a través del introito ( fig. 49-3 ). Con un rotulador se delimitan

A

B

FIGURA 49-3 A. Prolapso uterino en estadio 4. B. Pinzas Allis largas aplicadas al cuello uterino para exteriorizar el cuerpo uterino. Copyright © 2024 Wolters Kluwer, Inc. Unauthorized reproduction of the content is prohibited.

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