Woolridge.Errores comunes en medicina de urgencias pediatric

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Capítulo 42

para las vías respiratorias, como una trompeta nasal, y ventilación con presión positiva deben considerarse si la ventilación es de€ciente. La intubación en esta situación sería difícil si se considera que exista cierto grado de obstrucción. El tejido de las vías respiratorias también se encuentra friable y los intentos por intubar podrían causar traumatismos que conduzcan a la rotura descontrolada del absceso. En resumen, si es necesario intubar, hay que asegurarse que se cuente con apoyo quirúrgico si es posible. Los abscesos retrofaríngeos son típicamente de naturaleza polimicrobiana, con Streptococcus, Staphylo- coccus y anaerobios respiratorios como las bacterias más frecuentes. Si no hay un absceso de€nido o si este es pequeño y no susceptible de drenaje, entonces se procede a la hospitalización para antibióticos IV. Los antibió- ticos más usados son clindamicina, ampicilina/sulbactam o piperacilina/tazobactam. Las complicaciones de los abscesos retrofaríngeos pueden ser muy graves. Debido a la anatomía, existe la probabilidad de su extensión hacia el diafragma en el espacio retrofaríngeo posterior, lo que conduciría a mediastinitis. La obstrucción de las vías respiratorias es un riesgo y los síntomas de obstrucción deben motivar a la participación temprana de cirugía y anestesia, posiblemente postergando la exploración hasta el quirófano. De no tratarse, el absceso sigue creciendo y se ha informado que puede causar dislocación atlantoaxoidea. Las bacterias del absceso pueden extenderse hasta la columna y ocasionar osteomielitis vertebral. También existe la posibilidad de recurrencia si el drenaje es inadecuado o el tratamiento antibiótico fracasa. Debe sospecharse recurrencia si los síntomas resurgen en un intervalo breve después del tratamiento inicial. n Considerar el diagnóstico de un absceso retrofaríngeo ante un niño prepúber con €ebre y reducción de la amplitud de movimiento del cuello, en particular con menor extensión. n Existe el potencial de compromiso de las vías respiratorias y una elevada probabilidad de que sea difícil asegurarlas, por lo que la valoración debe ser temprana con un plan cuidadoso. n Si bien los análisis de sangre pueden obtenerse y ayudan a planear el tratamiento, la TC con contraste es el método de referencia para el diagnóstico. Lecturas sugeridas Bochner RE, Gangar M, Belamarich PF. A clinical approach to tonsillitis, tonsillar hypertrophy, and peritonsillar and retropharyngeal abscesses. Pediatr Rev. 2017;38(2):81‐92. Grisaru-Soen G, Komisar O, Aizenstein O, et al. Retropharyngeal and parapharyngeal abscess in children—epide- miology, clinical features and treatment. Int J Pediatr Otorhinolaryngol. 2010;74(9):1016‐1020. Klein MR. Infections of the oropharynx. Emerg Med Clin North Am. 2019;37(1):69‐80. 42 ¿Punción orofaríngea? No olvidar que hay un importante vaso sanguíneo que cuidar Traumatismo orofaríngeo Cualquier padre que le haya dicho alguna vez a su hijo que no corra con juguetes en la boca está haciendo lo correcto. Los traumatismos orofaríngeos suelen observarse en forma de laceraciones, empalamiento y avulsio- nes. Hay un predominio en hombres, por lo general < 7 años de edad, con antecedentes de correr mientras lle- vaban un objeto en las manos o la boca. Los culpables más frecuentes en estos casos son juguetes, palos, artículos de escritura y cepillos de dientes. La mayor proporción de niños diestros resulta en una mayor incidencia de lesiones del lado izquierdo. Si bien las lesiones pueden parecer menores al inicio, requieren un índice de sospe- cha elevado y una evaluación clínica detallada. SAMPLE Rachel O’Brian, MD y Adam Kochman, MD, FAAP, FACEP P U N T O S C L A V E

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