Woolridge.Errores comunes en medicina de urgencias pediatric
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Oídos, nariz y garganta
puede verse complicado por rinosinusitis bacteriana, síndrome de choque tóxico o ulceración/perforación del tabique, por lo que puede considerarse antibioticoterapia empírica. La epistaxis posterior suele ser refractaria a las medidas antes descritas y tal vez sean necesarios taponamientos posteriores, que consisten en catéteres con balón, cauterio endoscópico o ligadura de los vasos sangrantes por parte de un otorrinolaringólogo. La educación relacionada con tratamientos apropiados para el hogar debe comentarse con los pacientes y su familia. Las intervenciones pueden incluir el uso de humidicadores de bruma fría, aerosol salino y emolien- tes tópicos como jalea de petrolato o ungüento antibiótico. Además, las instrucciones para el manejo en casa de un sangrado agudo deben repasarse y los pacientes con datos anormales en la exploración (p. ej., pólipos, telan- giectasias), hemorragia grave/recurrente o sospecha de una fuente posterior han de referirse para evaluación ambulatoria con el otorrinolaringólogo. n La epistaxis anterior suele ser unilateral y lenta. La hemorragia bilateral rápida puede indicar una fuente posterior. n Las pruebas de laboratorio y las imágenes no se indican de forma sistemática. n Si la hemorragia persiste a pesar de presión directa, está indicado el uso de vasoconstrictores tópicos o agentes protrombóticos. n Puede considerarse cauterio o taponamiento nasal para la hemorragia refractaria. n Debe considerarse una consulta de urgencia con otorrinolaringología para epistaxis posterior o epista- xis anterior que no responden a intervenciones no invasivas. Lecturas sugeridas Delgado EM, Nadel FM. Epistaxis. In: Bachur RG et al., eds. Fleisher and Ludwig’s Textbook of Pediatric Emergency Medicine . 4th ed. Philadelphia, PA: Lippincott Williams & Wilkins; 2000. Stallard TC. Emergency disorders of the ear, nose, sinuses, oropharynx, & mouth. In: Stone CK et al., eds. CURRENT Diagnosis & Treatment: Emergency Medicine . 8th ed. NewYork, NY: McGraw-Hill; 2017. Yoon PJ et al. Ear, nose, & throat. In: Hay WW et al., eds. Current Diagnosis & Treatment: Pediatrics . 24th ed. New York, NY: McGraw-Hill; 2018. 36 Fracturas orbitarias: cuidado con quedar atrapado Las características especícas del hueso y el desarrollo de los senos paranasales crean patrones de fractura singulares en niños. La ausencia de senos frontales en los pequeños conduce a una mayor frecuencia de fracturas del techo orbitario en comparación con los adultos, lo que puede relacionarse con lesión intracraneal y daño del nervio supraorbitario. La neumatización del seno frontal comienza alrededor de los 7 años de edad, lo que des- vía el predominio a fracturas del piso orbitario y la pared medial. Estas pueden provocar atrapamiento muscu- lar y de tejido blando y lesiones al nervio infraorbitario, el sistema lagrimal y el ligamento del canto medial. En la clásica fractura de “estallido” del piso orbitario, el hueso facial del adulto se destroza y puede haber protrusión de los contenidos orbitarios hacia el espacio maxilar. En niños, los huesos son más elásticos con un periostio grueso que conduce a un subtipo distintivo conocido como la fractura “de trampilla”. El aumento SAMPLE P U N T O S C L A V E Amanda Price, MD Las fracturas orbitarias son la tercera fractura facial más frecuente en niños y pueden conducir a complicacio- nes visuales y cosméticas a largo plazo si no se tratan de forma apropiada. En pediatría, la prevalencia es mayor en hombres adolescentes, lo que suele ser secundario a lesiones deportivas.
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