Wegner. Fracturas en niños

330 Fracturas en circunstancias especiales

Figura 19-15  Niño de 9 años con un quiste óseo simple (QOS). Recibió tres veces inyec- ciones de corticoesteroides. Desarrolló un puente fisario y el húmero tiene 2 cm de acortamiento.

Tratamiento: inyección de corticoesteroides. El tratamiento de los quistes se modificó al descubrir que es posible la curación con la inyec- ción de metilprednisolona (fig. 19-15). Scaglietti, Marchetti y Barto- lozzi ofrecen detalles de esta técnica. Si en 3 meses el quiste no muestra signos de curación, la inyección se repite una y quizá otra vez más. Scaglietti vigiló a 72 pacientes por más de 18 meses, y los resultados variaron, desde la curación completa en 36% hasta un resultado claramente positivo en 96%. Los autores utili- zan aún este método para casi todos los QOU tratados en el hospital. Las cirugías para quistes óseos son ahora menos frecuentes, pero oca- sionalmente se necesitan. Los métodos actuales tratan de sustituir la inyección de corticoesteroides por médula ósea inyectada y técnicas enérgicas para romper la pared del quiste con agujas fuertes y curvas (Weintraub) muestran al parecer buenos resultados, pero su práctica es más compleja que la simple corti- coterapia. Los autores han probado algunos métodos nuevos, pero han resultado innecesariamente complejos o no mejoran el porcentaje de curación, y han recurrido otra vez a la inyección de corticoesteroides, que es muy eficaz, a condición de que el médico sea persistente (inyectar tres veces en serie como mínimo, cuando es necesario). En algunos quistes grandes y recalcitrantes pueden necesitarse legrado y colocación de injerto de hueso; esta técnica se considera en los gran- des quistes en el tercio proximal del fémur, ante el peligro de una frac- tura intertrocantérica (fig. 19-16) (aunque incluso estas lesiones se re- suelven con las inyecciones persistentes de corticoesteroides). Debe diferirse cualquier legrado hasta que el quiste se separe de la fisis (de otro modo, el cierre fisario, que a veces ocurre incluso sin legrado, se atribuirá a este último). Fibroma no osificante. Los sitios más comunes de fractura a través de fibromas no osificantes son cercanos a las corticales del fémur y la tibia distales. Las lesiones centrales no debilitan al hueso. El riesgo de frac- tura es mayor del previsto, especialmente en el fémur y la tibia distales (fig. 19-17).

SAMPLE

Figura 19-16  Quistes femorales proxima- les en peligro de causar una fractura intertro- cantérica.

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