Thaler_El unico libro de neurología.1ed
Trastornos de cefalea primaria • 99 esforzarse por conseguir una cantidad regular de sueño cada noche, hacer ejercicio con frecuencia, no saltarse las comidas, mantener una hidratación adecuada y evitar sus desencadenantes de migraña (el vino tinto, los quesos añejos y la sucralosa son ejemplos comunes). La ingesta de cafeína debe limitarse o al menos mantenerse en un nivel de consumo estable. Llevar un registro de los “días de dolor de cabeza” en un diario puede ser útil para supervisar la respuesta del paciente al estilo de vida y a las intervenciones farmacológicas. Recuadro 3-4 “Días de dolor de cabeza” La mejor manera de hacer un seguimiento del impacto de los cambios en el estilo de vida sobre los dolores de cabeza es preguntar acerca de los “días de dolor de cabeza” (es decir, los días en los que el paciente ha experimentado dolor de cabeza) y registrarlos, en lugar de solo considerar los dolores por sí mismos. Muchos pacientes tienen dolores de cabeza que duran varios días y, por lo tanto, cuando se les pregunta cuántos han tenido en el transcurso de 1 mes, pueden decir que solo 2 o 3 —lo que no parece tan malo— cuando en realidad han sido sintomáticos durante mucho más tiempo. Desafortunadamente, como en el caso de nuestra residente de cirugía de primer año, Anna, que se ha estado despertando a las 4 de la mañana para hacer un prerrecorrido a sus pacientes y ha hecho guardias nocturnas regulares de 24 h en el hospital, la estabilidad del estilo de vida no siempre es posible. Cuando las modificaciones del estilo de vida no son suficientes, recurrimos a los medicamentos. Los medicamentos para la migraña se dividen en dos tipos: los medicamentos agudos (también llamados de rescate o abortivos), que se toman según sea necesario para tratar de forma aguda un dolor de cabeza, y los medicamentos preventivos (también llamados profilácticos), que se toman a diario para aumentar el umbral de desarrollo de un dolor de cabeza y disminuir el número de dolores de cabeza con el paso del tiempo. Tratamiento agudo. El paracetamol y los AINE son los tratamientos iniciales más utilizados para la migraña. Los triptanes se consideran de segunda línea y se prescriben con frecuencia a los pacientes que no responden a los antiinflamatorios, que no los toleran o que requieren dosis cada vez más elevadas (que pueden ser perjudiciales para el hígado, los riñones y el tracto gastrointestinal [GI] y pueden desencadenar potencialmente una cefalea por sobreuso de medicamentos; véase p. 111). Los triptanes fueron los primeros medicamentos específicos para la migraña y siguen siendo uno de los tratamientos abortivos más utilizados. Actúan como agonistas de los receptores de la serotonina (concretamente en los receptores de la 5-hidroxitriptamina, HT1B y 5HT1D: el receptor “B” vasoconstruye —usted puede recordar la “B” en relación con los vasos sanguíneos [por el término en inglés “ blood vessels”]— y el receptor “D” inhibe las ramas del nervio trigémino responsables de la transmisión del dolor— “D” de nervio maldito [del inglés, damn nerve ]). Curiosamente, la estimulación de estos receptores también parece inhibir la liberación de CGRP (véase p. 102) y otras citocinas proinflamatorias. Los triptanes, que se presentan en formulaciones orales, en aerosol nasal e inyectables, son más eficaces cuando se toman al inicio del dolor de cabeza y suelen funcionar mejor cuando se combinan con un AINE. Debido a sus propiedades vasoconstrictoras, están contraindicados en pacientes con enfermedades vasculares significativas, como la enfermedad arterial coronaria y la SAMPLE
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