Sharar. Fundamentos de anestesiología_2ed
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Capítulo 30 Anestesia para neurocirugía
Figura 30-7 Electroencefalograma con patrón paroxístico. Obsérvese la «descarga» de la actividad eléctrica seguida por un período de «supresión» y después una nueva «descarga».
arterial y obtener muestras de sangre para las mediciones de coagulación a interva los repetidos, ya que se administra heparina periódicamente. El anestesiólogo debe comunicarse muy estrechamente con el intervencionista durante todo el procedi miento, ya que cualquier extravasación de tinción en el parénquima cerebral puede ser indicativo de una rotura vascular. Las espirales pueden causar embolia en otras partes del cerebro. Por tanto, es importante una exploración neurológica rápida al finalizar el procedimiento. D. Malformaciones arteriovenosas Las MAV cerebrales son anomalías congénitas en las que un plexo de arterias y venas «arterializadas» se aglutinan y pueden provocar hemorragias cerebrales, cefa leas o convulsiones, generalmente entre los 10 y 40 años de edad. Estas lesiones pueden ser embolizadas en la sala de radiología intervencionista (de forma preopera toria o curativa), radiadas o extirpadas quirúrgicamente. Más que en cualquier otro procedimiento neuroquirúrgico intracraneal, el acceso vascular es de gran importan cia y un catéter venoso central es muy recomendable. El mayor riesgo en la resec ción de una MAV es la hemorragia, tanto intraoperatoria como postoperatoria, y se requiere un control estricto de la presión arterial para mantener la PPC sin empeorar la pérdida de sangre del lecho de resección. Los hemoderivados deben estar disponi bles de inmediato y los vasodilatadores son necesarios muy a menudo, especialmente en la reanimación. El fenómeno de la presión de perfusión normal intercurrente es un tipo de inhibición autorreguladora causada por la MAV que afecta al cerebro «normal» circundante, los vasos cerebrales previamente normales se ven vasodila tados al máximo debido al «robo» de larga duración causado por la MAV. Tras la resección de la MAV, estos vasos «paralizados» son incapaces de contraerse, lo que provoca hiperemia cerebral, congestión cerebral, cefalea y, posiblemente, un empeo ramiento de la hemorragia postoperatoria. La neurovigilancia se utiliza cada vez más en las resecciones de las MAV cerebrales. El cateterismo arterial y la inducción e intubación cuidadosas, como se ha descrito con los aneurismas cerebrales, son el procedimiento estándar. E. Cirugía de la carótida La endarterectomía carotídea se realiza para eliminar una placa carotídea ≥70% oclusiva. Puede realizarse despierto (técnica regional) o dormido (anestesia general), sin que ninguna de las dos técnicas haya demostrado ser superior en términos de resultados neurológicos. La cirugía carotídea con paciente despierto suele implicar un bloqueo superficial y a veces profundo del plexo cervical, junto con dosis bajas SAMPLE VIDEO 30-5 Verde de indocianina en neurocirugía VIDEO 30-6 Derivación carotídea
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