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Capítulo 9 • De ectos congénitos y diagnóstico prenatal

tipo de medicamentos también se ha relacionado con un aumento del riesgo de depresión y ansiedad durante la adolescencia. El ondansetrón se desarrolló para prevenir la náu sea y el vómito tras la terapia del cáncer y la cirugía, pero se ha convertido en un fármaco popular, si bien de uso no autorizado, para prevenir la náusea y el vómito relacionados con el embarazo. Alrededor de 70 a 85% de las embarazadas sufre náusea y vómito y, en ciertos casos, estos síntomas pueden ser severos. El ondansetrón es eficaz para el control de estos síntomas, pero existe evidencia reciente que sugiere que el medicamento puede originar fisuras faciales y defectos cardiacos si se utiliza durante las primeras semanas del embarazo, en que suelen presentarse la náusea y el vómito. Los medicamentos opioides , como codeína , hidro ‑ codona y oxicodona , se utilizan para tratar el dolor intenso y en años recientes se ha incrementado tanto su uso como su consumo excesivo. Los estudios epi demiológicos confirman una relación entre el uso de estos fármacos y prematuridad, bajo peso al nacer y óbito fetal, así como defectos del cierre del tubo neural, de tipo cardiaco y gastrosquisis (un defecto de la pared abdominal). El mofetil micofenolato es un fármaco inmunosu presor que se utiliza para prevenir el rechazo de órga nos trasplantados. El uso del medicamento durante el embarazo ha generado aborto espontáneo y defectos congénitos, entre ellos labio y paladar hendidos, micro tia (orejas pequeñas), microcefalia y defectos cardiacos. El anticoagulante warfarina es teratogénico. Los recién nacidos de madres con exposición al fármaco durante el primer trimestre muestran anomalías es queléticas, entre ellas hipoplasia nasal, anomalías de las epífisis anormales de huesos largos e hipoplasia de las extremidades. En contraste, el anticoagulante heparina no parece ser teratogénico. Los fármacos antihipertensivos que inhiben a la enzima convertidora de la angiotensina (ECA) indu cen retraso del crecimiento, disfunción renal, muerte fetal y oligohidramnios si la exposición ocurre durante el segundo o tercer trimestres. Los efectos de la exposi ción a estos compuestos durante el primer trimestre no están bien definidos. También se ha recomendado cautela en relación con varios compuestos más que pudieran dañar al embrión o al feto. Resaltan entre estos propiltiouracilo y yoduro de potasio (bocio y discapacidad intelectual), estreptomicina (pérdida auditiva), sulfonamidas ( ker nicterus ), el antidepresivo imipramina (defectos de las extremidades), tetraciclinas (anomalías en huesos y dientes), anfetaminas (fisuras orales y anomalías car diovasculares) y quinina (pérdida auditiva).

mujeres con trastornos convulsivos. De manera especí fica, la trimetadiona y la difenilhidantoína dan origen a un gran número de anomalías que constituyen patrones dismorfogénicos específicos, conocidos como síndro ‑ me por trimetadiona y síndrome fetal por hidan ‑ toína . Las fisuras faciales son en particular frecuentes en estos síndromes. El anticonvulsivo ácido valproico incrementa el riesgo de varias malformaciones, entre ellas comunicación interauricular (CIA), paladar hen dido, hipospadias, polidactilia y craneosinostosis; no obstante, el riesgo más alto se relaciona con la espina bífida, un defecto del cierre del tubo neural. La carba mazepina, otro anticonvulsivo, también se ha vincu lado con aumento del riesgo de defecto del cierre del tubo neural y quizá otros tipos de malformaciones. Incluso medicamentos anticonvulsivos más recientes como el topiramato aumentan el riesgo de labio hen dido, con o sin fisura palatina. Un factor que genera confusión en estas pacientes es el hecho de que requie ren estos fármacos para prevenir las crisis convulsivas. Sin embargo, debido a su potencial teratogénico, el tipo de medicamento que utilizan y su dosis deben anali zarse para permitir la mejor evolución para la mujer y su hijo. Se sospecha que los fármacos antipsicóticos y ansiolíticos (tranquilizantes mayores y menores res pectivamente) inducen malformaciones congénitas. Los antipsicóticos fenotiazina y litio han sido seña lados como teratógenos. Si bien existe conflicto en cuanto a la evidencia de la capacidad teratogénica de las fenotiazinas, está mejor documentada una asocia ción entre el litio y los defectos cardiacos congénitos, en particular la anomalía de Ebstein ( véase cap . 13, pág. 201); no obstante, el riesgo es bajo. Entre los fármacos antidepresivos , los que actúan como inhibidores selectivos de la recaptura de sero ‑ tonina (ISRS) , como fluoxetina, paroxetina, sertra lina, citalopram y escitalopram, se han vinculado con defectos congénitos múltiples mediante estudios epi demiológicos, quizá por el papel que desempeña la serotonina en la determinación del eje izquierda-de recha (lateralidad; véase cap. 5, pág. 65). El corazón es en particular sensible debido a su lateralidad compleja y se han observado muchos tipos de defectos cardia cos en neonatos de mujeres que recibían estos fárma cos. Incluso malformaciones de la línea media, como defectos del cierre del tubo neural, paladar hendido y atresia anal se han asociado con la exposición a estos fármacos, que según estudios en animales son conse cuencia de la alteración de la señalización coordinada esencial para la determinación de los ejes cráneo-cau dal e izquierda-derecha del embrión ( véase cap. 5, pág. 65, y cap. 13, pág. 180). La exposición prenatal a este

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