Rubin. Principios de patología

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CapÍtULO 2: InflamacIón y reparacIón

La cascada de la coagulación se describe en el capítulo 18; los sistemas de la cinina y el complemento se presentan aquí. Cininas y respuesta inflamatoria Las cininas son agentes inflamatorios potentes que se forman en el plasma por la acción de las calicreínas proteasas de serina sobre glucoproteínas plasmáticas específicas denominadas cininógenos . La bradicinina y los péptidos relacionados regulan múltiples pro- cesos biológicos como la presión sanguínea, contracción y re- lajación del músculo liso, extravasación del plasma, migración celular, activación de células inflamatorias y las respuestas al dolor de origen inflamatorio. Dos receptores median en los efec- tos inmediatos, los receptores B 1 y B 2 . Los primeros son induci- dos por mediadores inflamatorios y están selectivamente activados por metabolitos de la bradicinina; los segundos presentan una expresión constitutiva y amplia. Las cininas actúan pronto y después son rápidamente inac- tivadas por las cininasas. Quizá la función más significativa de las cininas es su capacidad de amplificar las respuestas inflama- torias al estimular las células de los tejidos locales y las células inflamatorias para que generen mediadores adicionales como los prostanoides, las citocinas (p. ej., el factor de necrosis tumoral α [TNF- α ] y las interleucinas), el óxido nítrico y las taquicininas. El factor de Hageman (factor de la coagulación XII) ejerce un importante papel en la producción de cininas. Este factor se ori- gina en el plasma y se activa al exponerse a superficies con carga negativa como las membranas basales, las enzimas proteolíticas, Un exudado purulento se acompaña de una necrosis licuefactiva significativa; el equivalente del pus AMPLE de mediadores específicos y explica el enrojecimiento, y aumento de la temperatura del lugar dañado. 3. El incremento en la permeabilidad de la barrera celular endotelial produce el edema. La pérdida de líquidos desde el compartimento intravascular a medida que la sangre pasa a través de las vénulas capilares determina la estasis local y el taponamiento con eritrocitos de los pequeños vasos dilatados. Estos cambios son reversibles después de una lesión leve; en cuestión de minutos a horas, el líquido extravascular es recanalizado a través del sistema linfático. La respuesta vascular a la lesión es un hecho dinámico que incluye cambios fisiológicos y patológicos secuenciales. Los me- diadores vasoactivos, que se originan tanto en el plasma como en las células, se generan en los sitios de lesión hística (fig. 2-7). Estas moléculas se unen a receptores específicos del endotelio vascular y de células del músculo liso y causan vasoconstricción o vasodilatación. La vasodilatación de las arteriolas incrementa el riego san- guíneo y puede exacerbar la fuga de líquido hacia los tejidos. La vasoconstricción de las vénulas poscapilares aumenta la pre- sión hidrostática del lecho capilar, lo que potencia la formación de un edema. Después de la lesión, los mediadores vasoactivos se unen a receptores específicos de las células endoteliales, lo que causa la contracción reversible de la célula endotelial y la formación de brechas intercelulares (fig. 2-6 B). Esa rotura de la barrera endotelial condiciona la extravasación (fuga) de líquidos intra- vasculares hacia el espacio extravascular. La lesión leve y directa al endotelio provoca una respuesta bifásica: en el periodo de los 30 min siguientes a la lesión se produce un cambio temprano en la permeabilidad, seguido por un segundo aumento de la per- meabilidad vascular después de 3-5 h. Cuando el daño es grave, la exudación de líquido intravascular hacia el espacio extravascular se incrementa de forma progresiva y alcanza el valor máximo 3-4 h después de la lesión. La lesión grave directa al endotelio, como las que son causa- das por las quemaduras y sustancias químicas cáusticas, puede causar un daño irreversible. En tales casos, el endotelio vascular se separa de la membrana basal, lo que da como resultado la formación de ampollas (o burbujas entre el endotelio y la membra- na basal). Esto deja áreas de la membrana basal descubiertas (fig. 2-6 C) e interrumpe la barrera entre los espacios intravascular y extravascular. En la tabla 2-2 se describe la terminología especializada utili- zada para describir las consecuencias de la inflamación. MediadOres pLasMÁtiCOs en La respUesta inFLaMatOria Mediadores plasmáticos de la inflamación Los mediadores químicos ayudan a desencadenar, amplificar y finalizar los procesos inflamatorios (fig. 2-8). Los mediadores derivados de las células y del plasma actúan armónicamente en la activación de las células al unirse a receptores específicos, activando células, reclutándolas hacia los lugares dañados y estimulando la liberación de mediadores solubles adicionales. En sí mismos, estos mediadores son de vida relativamente corta, o bien los inhiben mecanismos intrínsecos, que desactivan la res- puesta de manera efectiva y permiten que el proceso se resuelva. Este efecto representa mecanismos de control de la inflamación de «activación» y «desactivación». El plasma contiene los elementos de tres cascadas enzimáti- cas principales, cada una compuesta de una serie de proteasas. La activación secuencial de las proteasas produce la liberación de mediadores químicos importantes. Estos sistemas interrelaciona- dos incluyen: (1) la cascada de la coagulación; (2) la generación de cinina, y (3) el sistema del complemento (figs. 2-9 y 2-10). Tabla 2-2 definiciones Término Definición Edema Acumulación de líquido dentro del compartimento extravascular y de los tejidos intersticiales Derrame Exceso de líquido en las cavidades corporales (p. ej., peritoneo o pleura) Líquido de edema con un contenido proteínico bajo (densidad relativa <1 015) Líquido de edema con un contenido proteínico alto (densidad relativa >1 015) y frecuentemente contiene células inflamatorias Ausencia de una respuesta celular marcada y con un color amarillo pajizo Exudado seroso, o derrame, que contiene eritrocitos y un aspecto rojizo Grandes cantidades de fibrina debido a la activación del sistema de la coagulación. Cuando un exudado fibrinoso se produce sobre una superficie serosa como la pleura o el pericardio se denomina «pleuritis fibrinosa» o «pericarditis fibrinosa», respectivamente. Contiene un componente celular elevado. Los exudados y derrames purulentos suelen producirse a consecuencia de infecciones bacterianas piógenas en las cuales predominan los neutrófilos polimorfonucleares Trasudado Exudado Exudado seroso, o derrame Exudado serosanguinolento Exudado fibrinoso Exudado o derrame purulento Inflamación supurativa

2: Inflamación y reparación

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