Ross. Histología Texto y Atlas
CUADRO 15-6 Correlación clínica: reparación cutánea
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El proceso de curación de heridas cutáneas por tradición se clasifica en unión primaria o secundaria. La curación por unión primaria (primera intención) se produce después de las incisiones quirúrgicas en las cuales las heridas, que sue- len ser limpias y asépticas, tienen sus bordes aproximados por suturas. La curación por unión secundaria (segunda intención) se produce en heridas traumáticas con bordes separados, que se caracterizan por una pérdida más extensa de células y tejidos. La cicatrización de heridas, en estos casos, comprende la generación de una gran cantidad de tejido de granulación , el cual consiste en un tejido especia- lizado que se forma durante el proceso de reparación. Para la reparación de una incisión o una laceración de la piel, se requiere la proliferación estimulada tanto de la dermis como de la epidermis. La reparación dérmica com- prende (1) la formación de un coágulo sanguíneo, (2) la eliminación de las fibras de colágeno dañadas, sobre todo a través del esfuerzo de la actividad de los macrófagos que se asocia con la inflamación, (3) la formación de tejido de granu- lación, (4) la reepitelización de la superficie expuesta, (5) la proliferación y la migración de fibroblastos y la diferenciación de miofibroblastos que participan en la contracción de la he- rida, y (6) el depósito y el remodelado de la matriz extrace- lular del tejido conjuntivo subyacente. La curación por unión primaria después de la aplicación de suturas, reduce la ex- tensión de la zona de reparación a través del cierre máximo de una herida, minimizando la formación de cicatrices. Las incisiones quirúrgicas normalmente se realizan a lo largo de las líneas de división; el corte se efectúa paralelo a los haces de fibras de colágeno para minimizar, de ese modo, la necesidad de un exceso de producción de colágeno y la inherente formación de una cicatriz prominente. La reparación de la epidermis comprende la proliferación de los queratinocitos basales en el estrato germinativo de los sitios no dañados que rodean la herida (fig. C15-6.1). La actividad mitótica se incrementa mucho en las primeras 24h. Al poco tiempo, el sitio de la herida queda cubierto por una costra que corresponde al coágulo de sangre deshi- dratado. Las células basales proliferantes del estrato basal comienzan su migración por debajo de la costra y en toda la superficie de la herida. La velocidad de migración alcanza hasta 0,5mm/día y el proceso comienza entre las 8h y las 18h después de producida la herida. La proliferación y dife- renciación ulterior ocurren detrás del frente de la migración, lo que lleva a la restauración de la epidermis multiestratifi- cada. A medida que nuevas células se queratinizan y al final se exfolian, la costra suprayacente se separa junto con las células descamadas, lo que explica por qué una costra se desprende de su periferia hacia el centro.
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CAPÍTULO 15 Sistema tegumentario ESTRUCTURAS DE LA PI EL
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En los casos en los que se pierde todo el espesor de la capa epidérmica, ya sea por traumatismo o en cirugía, partes de los folículos pilosos (la prominencia folicular que contiene el nicho de células madre epidérmicas) producen células que migran sobre la superficie expuesta para restablecer una capa epitelial completa (epidermis). La destrucción masiva de todas las estructuras epiteliales de la piel, como ocurre en una quemadura de tercer grado o en las abrasiones ex- tensas de todo el espesor cutáneo, impide la reepitelización. Estas heridas sólo se pueden curar con injertos de epider- mis para cubrir el área lesionada. Sin un injerto, la herida, en el mejor de los casos, se reepitelizaría con lentitud y de ma- nera imperfecta por proliferación celular desde sus bordes. FIGURA C15-6.1 Microfotografía que muestra una etapa avanzada en la reparación epidérmica de una herida cutánea. La herida inicial fue causada por una incisión a través de todo el espesor de la piel y de parte de la hipodermis, que contiene adipocitos (A). La epidermis se ha vuelto a formar debajo de la cos- tra. El asterisco marca un artefacto donde el epitelio se ha separado durante la preparación de la muestra. La costra, que contiene abun- dantes neutrófilos muertos en su cara profunda, está a punto de des- prenderse. En esta etapa, la dermis exhibe pocos cambios durante el proceso de reparación, pero al final se restablecerá para formar una capa continua. 110X.
enrollada y de fondo ciego. Se compone de dos segmentos: un segmento secretor , situado en la dermis profunda o en la parte superior de la hipodermis y un segmento canalicular menos tortuoso, que se continúa directamente con el anterior y desemboca en la superficie epidérmica (fig. 15-17 y lámina 44, pág. 562). Las glándulas sudoríparas ecrinas desempeñan un papel importante en la regulación de la temperatura a través del enfriamiento causado por la evaporación del agua del sudor sobre la superficie del cuerpo. La porción secretora de las glándulas produce una secreción de composición semejante a la de un ultrafiltrado de la sangre. La resorción de un poco de sodio y agua en el conducto excretor genera la emisión de un sudor hipotónico hacia la superficie de la piel. Esta solución acuosa hipotónica es baja en proteínas y contiene cantidades variables de cloruro de sodio, urea, ácido úrico y amonio. Por AMPLE
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