Rennke_Fisiopatología Renal, 6ed

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FISIOPATOLOGÍA RENAL: FUNDAMENTOS

Volumen urinario El volumen urinario es variable en pacientes con enfermedad renal y, en general, tiene poca importancia diagnóstica. Aunque la TFG puede estar disminuida, el vo lumen urinario se determina no solo por la TFG sola, sino también por la diferencia entre la TFG y la cantidad de agua reabsorbida. De este modo, es común que el gasto urinario permanezca normal (igual a la ingesta de agua) en pacientes con enfermedad renal crónica avanzada, puesto que la reabsorción tubular puede estar disminuida para equilibrar la reducción de la carga filtrada. En términos numéri cos, una persona normal con una TFG de 180 L/día debe reabsorber 179 L (más de 99% de lo filtrado) para excretar 1 L. Un paciente con enfermedad renal grave y una TFG tan reducida como 10 L/día (7 mL/min) también puede excretar 1 L si solo se reabsorben 9 L (90% de lo filtrado). La capacidad para lograr esta compensación se altera con frecuencia en la insuficiencia renal aguda, donde es común que el gasto urinario sea menor que la ingesta, lo cual provoca retención hídrica progresiva. Una situación en la cual el volumen urinario es importante para el diagnóstico es cuando virtualmente no hay gasto ( < 50 mL/día), un hallazgo denominado anu ria . La anuria se observa sobre todo en ciertas formas de LRA, en particular obs trucción bilateral completa e hipoperfusión renal marcada en choque. Con menor frecuencia, la glomerulonefritis grave o la oclusión vascular bilateral (como en el síndrome urémico hemolítico o un aneurisma disecante) pueden ser responsables. En comparación, es común que los pacientes con necrosis tubular aguda tengan gasto urinario reducido (oliguria < 400 mL/día), pero es raro que presenten anuria. El aumento del volumen urinario se observa en el contexto de la diabetes insípida (diuresis wáter) o de la diuresis osmótica debida a una diabetes no controlada o a la excreción de solutos de sales o proteínas administradas previamente. Esto puede oca sionar valores anormales de electrolitos (en especial sodio y potasio; véase capítulo 3).

RESUMEN

Con frecuencia, los pacientes con enfermedad renal manifiestan síntomas inespecí ficos. La exploración física puede indicar presión arterial elevada, edema, congestión pulmonar, exantema u otras anomalías específicas de otros órganos. Una TFG dismi nuida podría ser resultado de enfermedad renal aguda o crónica, las cuales se explican en los siguientes capítulos. El diagnóstico diferencial de las enfermedades renales in cluye alteraciones del sistema colector y la vejiga (posrenal); condiciones que producen hipoperfusión renal (prerrenal), y enfermedades intrínsecas que afectan los glomérulos, túbulos o vasos sanguíneos.

El examen general de orina y la valoración de proteínas en orina son elementos clave para ayudar a establecer la etiología. La proteinuria puede medirse en una recolección de orina de 24 horas o estimarse a partir de muestras aleatorias de orina. La cantidad y tipo de proteína encontrada en la orina puede brindar claves diagnósticas sobre si la afección implica principalmente a los glomérulos o a los túbulos. La albuminuria es característica de la diabetes, además de otras glomerulopatías. La proteinuria tubular tiende a ser de menor grado y una mezcla de proteínas tubulares, mientras que las paraproteínas (mo léculas de inmunoglobulina) pueden filtrarse y excretarse en efectos variables en la fun ción renal. El análisis del sedimento urinario proporciona información adicional sobre las etiologías potenciales. La presencia de eritrocitos dismórficos o cilindros eritrocitarios sugiere glomerulonefritis, mientras que las grandes cantidades de albúmina y función Copyright © 2025 Wolters Kluwer, Inc. Unauthorized reproduction of the content is prohibited.

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