Rennke_Fisiopatología Renal, 6ed
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FISIOPATOLOGÍA RENAL: FUNDAMENTOS
portaobjetos y cubrirse con cubreobjetos. Tanto la orina sin centrifugar como el sedimento ahora están listos para un análisis detallado. Por lo general, la evaluación del sobrenadante comienza con una tira reactiva que puede evaluarse para lo siguiente, así como para excreción de proteína: pH: en condiciones normales, el pH de la orina es de 5.0 a 6.5, y depende en gran medida de la ingesta dietética. Por lo general, la medición del pH urinario tiene poca importancia clínica, excepto en dos casos. En el primero, un pH urinario mayor de 7.5 a 8.0 sugiere una infección de vías urinarias con un organismo seg mentador de urea, y la prueba de nitritos también debe ser positiva. El metabo lismo de urea puede aumentar el pH urinario al dirigir la reacción —NH 3 + H + ↔ NH 4 + — hacia la derecha, lo cual disminuye la concentración de hidrógeno libre y aumenta el pH urinario. En el segundo caso, el pH urinario debe ser menor de 5.3 (acidez máxima) en un paciente con acidosis metabólica, debido a que la excre ción de más ácido tiende a normalizar el pH extracelular. Un pH urinario mayor de 5.5 en este caso sugiere una alteración del proceso de acidificación, debida con más frecuencia a una de las formas de acidosis tubular renal ( véase capítulo 6). Glucosa: la glucosa es detectable en la orina principalmente en pacientes con hi perglucemia debida a diabetes mellitus controlada de modo inadecuado. En esta si tuación, la carga de glucosa filtrada aumenta a tal grado que excede la capacidad de reabsorción proximal de glucosa, de manera que provoca glucosuria. En raras oca siones, la glucosuria se observa con una concentración plasmática normal de glu cosa; este hallazgo, denominado glucosuria renal , es indicativo de un defecto tubular proximal en la reabsorción de glucosa y puede encontrarse combinado con otros de fectos tubulares proximales (bicarbonaturia; véase capítulo 6). Sin embargo, ahora es mucho más frecuente observar glucosuria con niveles séricos de glucosa norma les o mínimamente elevados en pacientes tratados con SGLT2i. En la actualidad, estos medicamentos se utilizan de manera amplia para el tratamiento de la diabetes y tienen efectos beneficiosos sobre los resultados renales y cardiovasculares. Cetonas: los pacientes con diabetes mellitus descontrolada también pueden pre sentar cetoacidosis. El ácido β -hidroxibutírico es la principal cetona formada, pero también se encuentra ácido acetoacético y acetona. Solo estos dos últimos com puestos se detectan por tira reactiva, por lo cual tienden a subestimar la excreción total de cetonas. Nitritos: en condiciones normales, los nitratos de la dieta se excretan en la orina. Sin embargo, si hay bacterias y hay un tiempo de contacto adecuado (como en una muestra obtenida cuando el paciente orina por primera vez en la mañana), entonces los nitratos urinarios pueden convertirse de manera parcial en nitritos. Por ello, un resultado positivo en tira reactiva para nitritos es una prueba de de tección razonablemente buena para una infección de vías urinarias.
Hemoglobina: de manera habitual, una prueba positiva de hem es indicativa de eritrocitos presentes en la orina, un hallazgo que debe confirmarse al examinar el sedimento urinario. Además de hemoglobina en los eritrocitos, la tira reactiva también puede detectar proteínas hem libres, como en la hemoglobinuria debida a hemólisis intravascular y mioglobinuria debida a degradación del músculo esquelé tico (rabdomiólisis). Sin embargo, en estas dos situaciones clínicas, el sobrenadante es positivo para hem, pero hay pocos eritrocitos o ninguno en el sedimento urinario. Proteínas: un resultado positivo en la prueba de proteínas indica la presencia de albúmina en la orina. La tira reactiva no detecta otras proteínas urinarias. La Copyright © 2025 Wolters Kluwer, Inc. Unauthorized reproduction of the content is prohibited.
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