Pfeifer.MW.Patología_3ed
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Capítulo 22 • Vejiga urinaria
(polioma y virus del herpes) o granulomas (tuberculosis, infecciones micóticas y esquisto- somiasis). 2. Cistitis granulomatosa. Como se señaló anteriormente, las infecciones bacterianas, micó- ticas o parasitarias pueden provocar formación de granulomas. Sin embargo, la causa más frecuente es yatrógena, ya sea secundaria a la terapia con BCG intravesical para el CIS urote- lial y/o carcinoma superficialmente invasivo ( e-fig. 22-9 ) como después de RTUTV ( e-fig. 22-10 ). 3. Cistitis hemorrágica. Efecto secundario poco común del tratamiento con ciclofosfamida, que produce ulceración y hemorragia generalizadas; si son graves, pueden requerir una cis- tectomía. La infección por adenovirus (en personas inmunodeprimidas) también puede pro- ducir el mismo patrón. 4. Cistitis papilar y polipoide (ampollosa). Estas formas relacionadas de cistitis se caracteri- zan por proyecciones digitiformes (papilares) o anchas (polipoides) de lámina propia edema- tosa e inflamación variable, cubiertas por urotelio no neoplásico reactivo ( e-fig. 22-11 ). Es más frecuente observar estas formas de cistitis con el uso prolongado de sondas permanentes. La presencia de dicho componente inflamatorio en la cistitis papilar puede ayudar a diferen- ciar una neoplasia urotelial papilar de grado bajo, lo que en ocasiones es difícil. 5. Cistitis eosinófila. Se caracteriza por una densa infiltración de eosinófilos en la lámina propia de la vejiga ( e-fig. 22-12 ) y/o en pared. Es frecuente que estos infiltrados se observen junto al carcinoma urotelial invasivo, pero también se desarrollan en pacientes con afec- ciones alérgicas y con infecciones parasitarias, ambas a menudo asociadas con eosinofilia periférica. 6. Cistitis intersticial. Es un trastorno inflamatorio poco común que afecta sobre todo a mu- jeres de mediana edad y adultas mayores, con síntomas graves e intratables de cistitis con cultivo negativo. La cistoscopia suele evidenciar hemorragias o úlceras submucosas pete- quiales (denominadas úlceras de Hunner). Las características microscópicas son inespecíficas e incluyen infiltrado inflamatorio mixto en la lámina propia, a menudo con aumento de mastocitos que también pueden afectar la muscular propia ( e-fig. 22-13 ) y los nervios. La correlación clínica en estos casos es importante, dado que los hallazgos histológicos son, en su mayoría, consistentes con la impresión clínica de cistitis intersticial. 7. Malacoplasia. Es una forma poco común de cistitis, caracterizada por la presencia de placas mucosas amarillentas blandas compuestas por células inflamatorias, que incluyen abundan- tes histiocitos epitelioides (conocidos como histiocitos de von Hansemann) ( e-fig. 22-14 ) con citoplasma eosinófilo granular e inclusiones intracitoplasmáticas redondas y basófilas características de 3-10 μ m (cuerpos de Michaelis-Gutmann), que contienen hierro y calcio; se detectan mejor mediante tinciones especiales de azul de Prusia y de von Kossa, respecti- vamente. Se cree que la afección se debe a un defecto en la capacidad de los histiocitos para degradar las bacterias fagocitadas. El control de la infección urinaria puede ayudar a controlar la enfermedad. C. Lesiones uroteliales reactivas y metaplásicas 1. Metaplasia escamosa. Puede ser de dos tipos: no queratinizante y queratinizante. La pri- mera se considera un hallazgo normal en el trígono y el cuello vesical de las mujeres, pero puede observarse, aunque es inusual, en hombres bajo tratamiento con estrógenos para el cáncer de próstata. Por el contrario, la metaplasia escamosa queratinizante es más común en hombres, en asociación con irritación crónica, y se considera un factor de riesgo signifi- cativo para el desarrollo posterior de carcinoma ( Eur Urol 2002;42:469; Am J Surg Pathol 2006;20:883). 2. Metaplasia intestinal. Además de la metaplasia intestinal en ocasiones observada en la cisti- tis glandular, la metaplasia intestinal en presencia de una vejiga con irritación crónica puede afectar focal o difusamente la mucosa y lámina propia de esta, dando como resultado una apariencia casi indistinguible de la mucosa del colon. Los adenomas o carcinomas de tipo entérico pueden surgir en el contexto de metaplasias intestinales, especialmente cuando es de larga duración. 3. Metaplasia nefrógena (adenoma). Es una proliferación epitelial benigna compuesta de células similares al epitelio tubular renal (de ahí el nombre), que suele originarse en el con- texto de una irritación crónica o lesiones tales como infecciones o cálculos ( Adv Anat Pathol 2006;13:247). Se creía que la lesión era metaplásica, pero evidencia más reciente ha cons- tatado que, al menos en receptores de trasplante renal, la metaplasia nefrógena deriva de SAMPLE
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