Pfeifer.MW.Patología_3ed

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Capítulo 22 • Vejiga urinaria

tejido en forma de lámina que debe sujetarse y fijarse durante la noche. Además de describir y obtener muestras de cualquier tumor macroscópico como se ha descrito para las muestras de cistectomía, el estado de los márgenes es muy importante; estos se pueden rasurar o mues- trear mediante cortes perpendiculares, dependiendo de su relación y proximidad al tumor. Puede solicitarse un corte congelado del margen mucoso. D. Muestras de cistectomía total y cistoprostatectomía. La cistoprostatectomía radical en hom- bres y evisceración anterior en mujeres, junto con una linfadenectomía pélvica, son los abordajes quirúrgicos estándar para el carcinoma de vejiga invasivo del músculo detrusor en ausencia de enfermedad metastásica clínicamente evidente. En algunos casos puede realizarse una cistecto- mía para el carcinoma de vejiga no invasivo al músculo si la vejiga no es funcional (p. ej., vejiga neurógena) o para el carcinoma pT1 de alto grado que no responde a la terapia intravesical con Bacillus Calmette-Guérin (BCG) o mitomicina. Puede recibirse una solicitud para realizar cortes congelados en los márgenes ureterales y uretrales ( Arch Pathol Lab Med 2005;129:1585). Des- pués de orientar y entintar los márgenes de tejido blando perivesical, puede utilizarse uno de dos métodos para fijar la muestra. En el primero, se llena la vejiga con formol (a través de la uretra o usando una aguja de gran calibre a través de la cúpula) y se fija durante la noche. En el segundo método, se abre la vejiga (generalmente a través de la uretra, que se extiende hacia arriba en la superficie anterior), se fija de forma plana y luego se fija durante la noche. Después de abrir la vejiga, se examina la mucosa en busca de tumores y, en caso de encontrarlos, se registra tama- ño, ubicación (cúpula, trígono, paredes anterior, posterior, derecha o izquierda), patrón de creci- miento (exofítico, endofítico y/o ulcerado) y profundidad de la invasión. También deben tenerse en cuenta las relaciones con los puntos de referencia anatómicos pertinentes (orificios y márge- nes ureterales y uretrales). La mucosa de la vejiga adyacente debe examinarse en busca de áreas de hemorragia o coloración anómala que puedan representar áreas de CIS. Además de obtener muestras de cualquier tumor(es) (de tres a cuatro cortes de cada uno, o un corte por cm), deben enviarse cortes representativos de diferentes áreas de la vejiga para evaluar el CIS, incluido el trígono; paredes posterior, lateral y anterior; y cúpula (fig. 22-1). En pacientes que se sometieron a tratamiento antes de la cirugía, puede quedar solo una úlcera o un área eritematosa. En esos casos, el área anómala debe enviarse por completo para evaluación histológica de la presencia de células tumorales residuales, que pueden ser muy focales. Si los márgenes ureterales y uretrales rasurados no se enviaron para el examen de cortes congelados, deben obtenerse muestras para cortes permanentes, al igual que cualquier posible ganglio (nódulo) linfático identificado en el tejido adiposo perivesical. En las muestras de cistoprostatectomía, deben enviarse bloques adicionales de próstata y vesículas seminales, cuya extensión depende del diagnóstico preopera- torio o de sospecha de carcinoma prostático ( v. cap. 29). Cuando se extrae la vejiga (con o sin la próstata) como parte de las muestras de evisceración pélvica más grandes (que pueden incluir porciones del recto y/o vías ginecológicas en mujeres), es imperativo documentar la presencia o ausencia de afectación de estos órganos adicionales mediante la obtención de muestras pre- ferentemente de las áreas sospechosas, así como de los márgenes de resección de estos órganos. III. CARACTERÍSTICAS DIAGNÓSTICAS DE ENFERMEDADES VESICALES COMUNES A. Malformaciones congénitas 1. Anomalías uracales. El uraco es una estructura vestigial que conecta la cúpula de la vejiga con el ombligo; normalmente se cierra hacia el cuarto mes de vida fetal. La persistencia o malformaciones del uraco pueden presentarse en la infancia y, en ocasiones, en la edad adul- ta. Entre estas afecciones se incluyen restos de uraco ( e-fig. 22-6 ), uraco permeable, quistes y senos uracales, los cuales pueden provocar infección secundaria o desarrollo de tumores malignos, con mayor frecuencia un adenocarcinoma ( e-fig. 22-7 ). 2. Extrofia. Se trata de una anomalía congénita poco frecuente caracterizada por un retraso en el desarrollo de la pared anterior de la vejiga y pared del abdomen, que si no se trata suele provocar una infección grave de vías urinarias. B. Afecciones inflamatorias. La mayoría de las veces la cistitis tiene una etiología infecciosa. Sin embargo, existen variantes específicas de cistitis que producen una apariencia cistoscópica o mi- croscópica algo características. Se incluyen las variantes hemorrágica, granulomatosa, eosinófila e intersticial, así como malacoplasia. 1. Cistitis infecciosa. La cistitis aguda y crónica suele ser secundaria a una infección bacteria- na (generalmente por organismos entéricos). La incidencia es mayor en mujeres y, cuando es intermitente, está presente una obstrucción o estasis urinaria. La biopsia durante la infec- SAMPLE

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