Manual Washington de Dermatología®

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MANUAL WASHINGTON ® DE DERMATOLOGÍA

cicatrices por quemaduras, úlceras no cicatrizantes, edad avanzada y enfermedades here- ditarias como XP o epidermólisis distrófica recesiva ampollosa. • Patogenia. Se cree que los CEC cutáneos surgen de queratosis actínicas (QA) prema- lignas por medio de aberraciones genómicas progresivas inducidas por la radiación UV y la inestabilidad genómica. Las mutaciones en el gen supresor de tumores TP53 se observan con frecuencia, al igual que las mutaciones del oncogén vírico de sarcoma de rata homólogo ( RAS ), registrado en el 21% de los genes cutáneos. Estas mutaciones, las redes celulares aberrantes que producen y la interacción entre los factores estrómicos y el sistema inmunitario son factores que contribuyen al desarrollo y mantenimiento del CEC cutáneo. 6 2-2. Presentación clínica • Cuadro clínico. El CEC suele presentarse como una pápula o placa persistente, cre- ciente, eritematosa y escamosa sobre la piel expuesta al sol que puede sangrar y ser dolo- rosa (fig. 8-2A). También puede presentarse como un nódulo escamoso, con costras o como una úlcera que no cicatriza bien. Las presentaciones específicas merecen una men- ción aparte. Los CEC pueden desarrollarse con úlceras crónicas en la parte baja de la pierna, lo cual se conoce como úlcera de Marjolin , y suelen estar avanzados al momento del diagnóstico. El CEC puede presentarse sobre los genitales externos como nódulos y placas vegetativos o verrucosos. Se considera que estas manifestaciones que aparecen sobre la piel expuesta al sol son parte de un continuo que va de las queratosis actínicas a los CEC in situ y después a los CEC invasores. Las queratosis actínicas se caracteri- zan por pápulas eritematosas bien delimitadas con escamas adherentes (fig. 8-2B). En algunos casos, pueden presentarse como parches de color rosa pálido o bronce menos delimitados con escamas ásperas que son más fáciles de sentir que de ver. Lo anterior puede ser difícil de distinguir del CEC in situ , que suele aparecer como una placa roja aislada bien delimitada con escamas adherentes (fig. 8-2C). 2-3. Valoración • Necesidad de la biopsia para realizar una valoración completa. En la mayoría de los casos, el diagnóstico clínico de las queratosis actínicas es confiable en manos de un médico experimentado. Sin embargo, cualquier sospecha de CEC debe llevar a la rea- lización de una biopsia para establecer el diagnóstico definitivo. Diversas técnicas de biopsia resultan adecuadas, incluyendo afeitado, en sacabocados, incisional o excisional. Los estudios histopatológicos pueden diferenciar el carcinoma in situ del carcinoma invasor y ofrecer información adicional para orientar el tratamiento mediante el registro Figura 8-2. A. Carcinoma espinocelular. B. Pápula hiperqueratósica, queratosis actínica. C. Placa roja mínimamente escamosa, carcinoma espinocelular in situ ( A y C , cortesía de Arthur Z. Eisen, MD). AMPLE

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