Katz_Nutrición médica_4ed

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CAPÍTULO 15 ■ Alimentación y enfermedades respiratorias

tarios está muy extendida ( v. cap. 15). Una revisión Cochrane incluyó dos ECA, con un total de 24 suje tos, que compararon la provocación con glutamato monosódico con el placebo. No hubo diferencias es tadísticamente significativas entre los grupos con glutamato monosódico y con placebo al evaluar la caída del VEF 1 del 15% o de 200 mL (63). Antioxidantes En estudios epidemiológicos y observacionales se han notificado asociaciones inversas entre los antioxidan tes de la alimentación y el asma y la EPOC. En un ECA se constató que la modificación de la ingesta de carotenoides procedentes de fuentes alimentarias reales mejoraba los resultados clínicos del asma (64). El apoyo teórico es más intenso para la vitamina C, que se encuentra abundantemente en las secreciones pulmonares; sin embargo, los estudios de interven ción no han mostrado ningún beneficio clínico sig nificativo (65). En un ensayo aleatorizado reciente se observó que, en comparación con el placebo, la administración de suplementos de vitamina C o mag nesio durante un período de 16 semanas condujo a una reducción significativa de la dosis de corticoeste roides necesaria en pacientes asmáticos adultos (66). Además, en un estudio transversal realizado en 452 niños japoneses de 3 a 6 años de edad se evaluó la alimentación de sujetos asmáticos y no asmáticos. El estudio apoyó una relación inversa entre el asma y la ingesta de vitaminas E y C. No se observó ninguna re lación entre el asma y la ingesta de ácidos grasos (67). No obstante, una revisión sistemática Cochrane sobre la eficacia de la vitamina C en niños y adultos con asma concluyó que los estudios eran, en general, demasiado pequeños, y que los resultados no eran uniformes. En la actualidad, no existe indicación al guna de que la vitamina C deba recomendarse como sustancia terapéutica en el asma (65).

adultos y niños con asma, solo se observó un ligero efecto sobre el VEF 1 en la semana 8, y ningún efecto en otros puntos de seguimiento, ningún efecto sobre la capacidad vital forzada (CVF), la prueba de provo cación con metacolina, la frecuencia de uso de bron codilatadores o la puntuación de los síntomas (69). Ácidos grasos n-3 Existe un gran interés por los posibles beneficios de los suplementos de ácidos grasos n-3 en las afeccio nes inflamatorias en general y en las enfermedades pulmonares en particular. Estos son abundantes en el tejido de la mucosa, y se cree que sufren una trans formación enzimática en sustancias que ayudan a resolver la inflamación (70). Los datos que apoyan este interés son limitados hasta la fecha, y los ensa yos de intervención han arrojado hasta ahora resulta dos contradictorios (71,72). Un estudio sugiere que las proporciones óptimas de n-6/n-3 pueden mejo rar los efectos de aumento de la inflamación del ácido eicosapentaenoico (EPA) n-3 solo (73). Varios ECA de poco tamaño han permitido observar efectos bene ficiosos, como una reducción aguda del TNF- α (60) y la supresión de la broncoconstricción inducida por el ejercicio (61). En una revisión sistemática se des cubrió que la suplementación con aceite de pescado puede ser beneficiosa para la prevención del asma en la infancia (74). Está justificada la realización de más investigaciones en este ámbito. Vitamina D Se ha observado una asociación positiva entre las concentraciones séricas de vitamina D y los índices de función pulmonar, como el FEV 1 (75). Un estudio transversal reciente realizado en 10860 niños mostró que las concentraciones bajas de 25-hidroxivitamina D se asociaban a una mayor probabilidad de padecer asma (28). En otro estudio realizado entre 2607 ado lescentes, las concentraciones de 25-hidroxivitamina D se correlacionaron con el FEV 1 y la relación FEV 1 / CVF (76). Sin embargo, los datos son contradicto rios, y se necesitan más ensayos prospectivos para aclarar el papel que puede desempeñar la vitamina D en el tratamiento o la prevención de las enfermedades respiratorias. Otros nutrimentos Los beneficios indirectos de los nutrimentos sobre la función pulmonar pueden derivar de los efectos ergo génicos ( v. cap. 32), de los efectos vasculares ( v. caps. 7 y 10) o de las influencias sobre la función inmuni taria ( v. cap. 11).

Magnesio El magnesio relaja el músculo liso bronquial y vascu lar gracias a sus propiedades antagonistas del calcio. Se ha estudiado para el tratamiento de la broncocons tricción aguda y reversible, y los primeros estudios han mostrado resultados mixtos en el asma leve a moderada. En un estudio prospectivo se evaluaron las visitas a los servicios de urgencias por exacerbaciones agudas del asma en niños y se observaron menos in tubaciones en los pacientes que recibieron sulfato de magnesio intravenoso (33% frente al 5%, p < 0.001) (68). Sin embargo, en una revisión sistemática y un metaanálisis reciente en los que se evaluó el efecto de los suplementos de magnesio oral en ocho ECA entre SAMPLE

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