Katz_Nutrición médica_4ed

P R E F A C I O A L A 1.ª E D I C I Ó N

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Me he esforzado por ser congruente en la aplicación de tales términos, pero algunas veces utilicé de forma inadvertida, por ejemplo, «concluyente» en lugar de «definitivo». A pesar de tal variación, el carácter de la base de evidencias debe, en general, ser claro. Los víncu los respaldados por evidencias en animales, in vitro u observacionales, solo se consideraron preliminares; aquellos sustentados por una combinación de estudios de ciencias básicas y estudios observacionales en seres humanos, o por estudios intervencionistas limitados en personas, se consideraron sugestivos; y los respal dados por los resultados de estudios intervencionistas a gran escala en seres humanos (en particular, estudios aleatorizados y controlados), o la adición de resultados congruentes de numerosos estudios menos rigurosos, se consideraron definitivos . El cuarto principio, relacionado con el tercero, se ñala que, para comprender bien un tema de escrutinio, debe verse en su totalidad (o casi). Hay riesgos (aunque ciertamente también beneficios) cuando cada uno de los expertos elabora un tema concreto de nutrición y su relación con la salud. Ese riesgo tal vez nunca se expresó mejor que en el poema alegórico The Blind Men and the Elephant , de John Godfrey Saxe. De ninguna manera deseo sugerir que los autores expertos de capí tulos detallados en los libros de texto estándar de nu trición incurran en algún rasgo de ceguera, sino más bien que algo de la característica general de la nutrición y la salud se pasa por alto cuando solo se revisa con gran detalle una pequeña parte. Me he convencido, por ejemplo, de que la deficiencia nominal de ácidos grasos n-3 está muy extendida en Estados Unidos y contribu ye a resultados adversos para la salud. He llegado a esa conclusión menos por los datos definitivos en un ámbi to, y más sobre la base de evidencias notablemente con gruentes y voluminosas relacionadas con otros muchos temas. Solo un autor que elabore muchos capítulos po dría infundir la caracterización de cada tema con los conocimientos derivados de los otros. Como no puedo disputar las posibles desventajas de la autoría en soli tario, he intentado aprovechar al máximo todas las po sibles ventajas. Por lo tanto, he compartido libremente los conocimientos obtenidos en la revisión secuencial de muchos temas, tratando, en todo momento, de ser claro en cuanto a las fuentes de mi opinión y la natura leza de las evidencias. El principio último al que se dedica este libro de tex to es la presuposición de que debería haber un modelo teórico a partir del cual fuera descifrable la compleja interrelación de la conducta humana, la alimentación y

urante la compilación de este libro de texto me he comprometido tanto con lo que excluye como con lo que incluye. Se han escrito excelentes libros de texto e incluso enciclopedias exhaustivas sobre la nutrición. He utilizado mucho de ellos en esta tarea. Sin embargo, dado que puede afirmarse que nosotros «somos» lo que comemos, tales libros cubren una inmensa variedad de temas con informes abrumadoramentedetallados. Abru madores, por supuesto, para el médico que busca las respuestas a las preguntas clínicas, si bien bastante apro piados para un bioquímico especializado en nutrición. El primero de los principios hacia los que se orienta este libro de texto es la importancia clínica . Si el mate rial podía ser susceptible de ser utilizado por el médi co que interactúa con un paciente, incluso de manera ocasional, se incluía. Si tal aplicación no parecía proba ble, o si el material no respaldaba un conocimiento que aumentara tal intercambio, se desechaba. La variedad de temas sobre la nutrición importantes para los cuida dos clínicos es bastante amplia. Fue así como un pro ceso muy selectivo de inclusión llevó a dejar de lado bastantes aspectos. El segundo principio que gobernó la compilación de este libro de texto es la consistencia de aplicación . Solo en los libros se asientan en las columnas y líneas los estados de salud y enfermedad, y los factores sub yacentes que los promueven. En realidad, esos estados coexisten en pacientes aislados, a menudo en una com pleja abundancia. Por ello, las recomendaciones nu tricionales específicas de enfermedad, y mutuamente excluyentes, tal vez tengan una utilidad clínica limita da. Por el contrario, si las recomendaciones alimenta rias nunca cambian para ajustarse a diversos estados de salud y objetivos clínicos, un libro con muchos ca pítulos parece un esfuerzo excesivo para mostrar ese conjunto de pautas uniformes. He tratado de alcanzar un justo medio entre las aplicaciones sutiles del trata miento nutricional que se refieren a un factor de riesgo o una enfermedad ocasional y las características uni ficadoras de una alimentación que puede aplicarse de manera universal para promover la salud. El tercer principio que dirige estos esfuerzos esta blece que, para ser de utilidad, el material que se pre tende aplicar en clínica debe describirse en términos de la extensión, la congruencia y la calidad de las eviden cias con que se cuenta . Este puede considerarse un libro de medicina basada en evidencias, con una revisión de las publicaciones para cada capítulo que se juzgan re presentantes de evidencias preliminares, sugestivas o definitivas de cualquier vínculo descrito.

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