Handa. Te Linde. Ginecología Quirúrgica 12ed

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SECCIÓN II  PRINCIPIOS DE CIRUGÍA GINECOLÓGICA

asociada con la operación. Los elementos clave de la valora- ción preanestésica incluyen una revisión de la intervención quirúrgica prevista y su indicación; el estado clínico pre- sente y pasado; la medicación actual y las alergias a medi- camentos; los antecedentes sociales, incluido el consumo de alcohol, tabaco o drogas ilegales; la respuesta previa a anestésicos; y una exploración física dirigida. Los aneste- siólogos usan el sistema de clasificación del estado físico de la ASA para resumir el estado de salud de cada paciente ( tabla 3-3 ). Los procedimientos quirúrgicos pueden agruparse en tres niveles de urgencia: programado (sin ningún nivel de urgencia; su retraso conlleva un riesgo mínimo o nulo para la paciente), urgente (intervención quirúrgica por el inicio agudo o deterioro clínico de una afección potencialmente mortal) y emergente (se necesita una intervención inmediata para corregir una afección potencialmente mortal o que amenaza las extremidades). Los procedimientos quirúrgi- cos realizados para las afecciones urgentes o emergentes se asocian con un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad. Otra denominación utilizada es la de procedimiento sensi- ble al tiempo . Los procedimientos sensibles al tiempo son aquellos en los que el retraso podría poner a la o el paciente en mayor riesgo (p. ej., operación por cáncer). El procedi- miento planificado alertará al anestesiólogo sobre el tipo de anestesia requerido, el grado de dolor postoperatorio espe- rado, la colocación necesaria de la paciente, la pérdida de sangre esperada y los requisitos de vigilancia. Comprender estos factores, así como el estado de la paciente, permite al proveedor determinar el riesgo perioperatorio. Evaluación de las vías respiratorias Un componente crítico de la valoración preanestésica es una revisión exhaustiva de las vías respiratorias, que tam- bién incluye la revisión de expedientes anestésicos previos, una exploración física y los antecedentes comunicados por la paciente. El anestesiólogo debe valorar el potencial de dificultad inherente a la ventilación por mascarilla o intuba- ción, así como el riesgo de broncoaspiración, al desarrollar una inducción anestésica y un plan de atención de las vías respiratorias. No hay un solo dato de exploración física por

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FIGURA 3-1  Sistema de administración de anestesia. Configuración típica con aparatos de vigilancia de los parámetros fisiológicos (ima- gen del Aisys CS 2® cortesía de GE Healthcare). A menudo inadecuada Puede verse afectada SAMPLE TABLA 3-2 Profundidad de la sedación GRADO/SEDACIÓN RESPUESTA VÍA AÉREA VENTILACIÓN ESPONTÁNEA FUNCIONAMIENTO CARDIOVASCULAR 1 Mínima Respuesta normal a estímulos verbales Sin afectación Sin afectación Sin afectación 2 Moderada Respuesta consciente a estímulos verbales o táctiles Consciente después de un estímulo repetido o doloroso No se requiere intervención Adecuada Generalmente se mantiene 3 Profunda Puede ser necesaria la intervención A menudo se requiere intervención Posiblemente inadecuada Generalmente se mantiene 4 Anestesia general No despierta ante estímulos dolorosos

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