Guía práctica de procedimientos con láser

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Procedimientos con láser

de tratamiento. Los tratamientos en las áreas nasal y del labio superior con frecuencia son más incómodos, por lo general el dolor es de 6 a 8. El dolor después de varios días del tratamiento es poco frecuente y se recomienda una evaluación, en particular para valorar si hay lesión térmica debida a sobretratamiento o infección. El eritema y el edema prolongados que duran de 1 a 2 semanas se deben casi siempre a tratamiento agresivo y se puede presentar en pacientes con afecciones eri- tematosas de la piel, como la rosácea, y en pacientes propensos a la inflamación. El tratamiento agresivo en la parte superior de las mejillas a nivel de los párpados puede producir edema en el área periocular y de los párpados (ver la sección Seguimiento común para el manejo del eritema y el edema). Pocas veces el eritema y el edema prolongados indican una lesión térmica por sobretratamiento, dermatitis por contacto o infección. La dermatitis por contacto es poco frecuente con los tratamientos con láser no ablativo, pero es una consideración en los pacientes en quienes empeora el eritema y el prurito después del tratamiento. Si se sospecha dermatitis por contacto, se suspenden los productos tópicos posteriores al procedimiento y se aplica un corticoesteroide tópico (según las instrucciones para el eritema y el edema prolongados). Las infecciones después del tratamiento con láser de lesiones vasculares son poco comunes y requieren tratamiento específico para el patógeno. La reactivación de las infecciones virales en el área de tratamiento como el herpes simple (y el zóster) es una de las complicaciones infecciosas más comunes, y el manejo previo con un antiviral por vía oral (p. ej., valaciclovir/famciclovir 500 mg 1 tableta dos veces al día, se inicia 2 días antes del procedimiento y se continúa durante 3 días después de éste) en los pacientes con un antecedente conocido reduce este riesgo. Las infecciones bacterianas son poco frecuentes pero se pueden presentar siempre que se altera la barrera cutánea (ver la exposición de infecciones en el Capítulo 2, sección Complicaciones). Las petequias y la púrpura (Figura 8) se deben a la rotura de vasos sanguíneos superficiales y representan sangrado debajo de la piel. En general, se observan unos minutos después del tratamiento y lo más común es que se presenten con los láseres de longitud de onda corta (como de 532 nm) y el uso de parámetros agresivos como ampli- tudes de pulso cortas, fluencia alta y tamaños del punto pequeños. Las petequias con frecuencia tardan de 3 a 5 días en desaparecer y la púrpura puede durar hasta 2 semanas. La púrpura puede inquietar a los pacientes, para tranquilizarlos se les muestra y se les dan expectativas de resolución. Los productos tópicos como el árnica y la vitamina K pueden tener un uso limitado en el tratamiento de la púrpura. Los patrones y tiras visibles , aunque son poco frecuentes, se pueden observar en la piel que tiene eritema grave. Estos patrones casi siempre representan una reducción de la vasculatura que adopta la forma de la punta del dispositivo de tratamiento rodeada de piel sin tratar. Los patrones y tiras vasculares de la piel se presentan con frecuencia después del tratamiento inicial y se resuelven en pocos días, pero pueden persistir por más tiempo. A menudo se desvanecen con las sesiones de tratamiento subsecuentes; sin embargo, existe un pequeño riesgo de que estos patrones sean permanentes. La hiperpigmentación y la hipopigmentación son complicaciones pigmentarias que se presentan por la alteración del color de la piel de fondo y se observan con mayor frecuencia en pacientes con tipos de piel oscura de Fitzpatrick (IV a VI), piel con fotodaño grave, bronceado actínico, piel bronceada y con el uso de parámetros agresivos del láser. Es posible que aparezcan como áreas discretas, por lo general adoptan la forma de la punta del dispositivo de tratamiento, o como patrones y tiras visibles. El eritema prolongado des- pués del tratamiento combinado con la exposición directa al sol se relacionan con HPI, en particular en los tipos de piel oscura. La hiperpigmentación casi siempre se resuelve de manera espontánea durante varios meses, aunque en pocas ocasiones puede ser permanente. Algunas medidas preventivas para la HPI son la protección solar, que incluye la aplicación de un protector solar de amplio espectro con FPS 30 con óxido de zinc o dióxido de titanio, y evitar el sol. La HPI se puede tratar con un agente tópico de aclaramiento como la crema de AMPLE

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