Errores comunes en Medicina de urgencias - Mattu
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Neurología
cas pueden aumentar la sospecha de una patología de la derivación, pero no la descartan. Si se sospecha una patología de la derivación pero los estudios diagnósticos iniciales son negativos, debe involucrarse a un neurocirujano para determinar si se requieren mayores pruebas, tratamientos y disposición.
PUNTOS CLAVE
■■ Los síntomas tempranos de mal funcionamiento e infección de la derivación de LCR pueden ser vagos y es importante establecer el diagnóstico antes de que progrese a una elevación de la presión intracraneal o infección de la derivación. ■■ El análisis del líquido de la derivación puede pasar por alto hasta 20% de las infeccio- nes de la derivación con cultivo positivo. ■■ Las imágenes combinadas (tomografía de cráneo y series de la derivación) pueden pasar por alto hasta 12% de los casos de mal funcionamiento de la derivación y son incluso menos sensibles para detectar infección de la derivación. ■■ La consulta neuroquirúrgica es apropiada si se sospecha un malfuncionamiento de la derivación, incluso si los estudios iniciales son negativos. Lecturas recomendadas Conen A, Naemi Walti L, Merlo A, et al. Characteristics and treatment outcome of cerebro- spinal fluid shunt–associated infections in adults: a retrospective analysis over an 11-year period. Clin Infect Dis. 2008;47:73–82. Di Rocco C, Turgut M, Jallo G, et al. eds. Complications of CSF Shunting in Hydrocephalus . Switzerland: Springer International Publishing, 2015. McClinton D, Carraccio C, Englander R. Predictors of ventriculoperitoneal shunt pathology. Pediatr Infect Dis J. 2001;20(6):593–597. Vassilyadi M, Tataryn Z, Alkherayf F, et al. The necessity of shunt series. J Neurosurg Pediatr. 2010;6:468–473. Zorc J, Krugman S, Ogborn J, et al. Radiographic evaluation for suspected cerebrospinal fluid shunt obstruction. Pediatr Emerg Care. 2002;18(5):337–340. 185 AMPLE No se equivoque al diagnosticar erróneamente vértigo periférico Daniel Mindlin, MD El vértigo, la sensación ilusoria de movimiento físico, es una queja de presentación difícil para muchos médicos de urgencias, lo que no tiene nada de raro. El síndrome vestibular agudo no solo es difícil de tratar, sino que distinguir las causas urgentes y que ponen en riesgo la vida de las más benignas representa un reto. El abordaje tradicional y habitualmente aceptado para el síndrome vestibular agudo es dividir sus causas en etiologías centrales y periféricas (véase la Tabla 185-1 ), aunque hay etiolo- gías que se clasifican sin tanta facilidad bajo este sistema (p. ej., efectos de los fármacos, polifar-
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