Epstein.Interpretación de biopsias de la próstata, 6ed

 INTERPRETACIÓN DE BIOPSIAS DE LA PRÓSTATA

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informa la afectación del músculo esquelético por el tumor en la biopsia y se recomienda que los urólogos que realizan prostatectomías radicales en estos pacientes traten de ase- gurar una escisión adecuada en la región apical para evitar un margen apical positivo. La grasa intraprostática es extremadamente rara, de tal modo que si se observa un cáncer que afecta a un tejido graso en la biopsia con aguja, se puede diagnosticar la extensión extraprostática 101,102 . Se han descrito casos raros de tejido adiposo intra- prostático en la biopsia con aguja, pero la probabilidad de observar cáncer en un teji- do adiposo intraprostático es tan baja que casi nunca se observa 103 . Para diagnosticar la extensión extraprostática en la biopsia con aguja es necesario demostrar que el adenocarcinoma infiltra el tejido adiposo periprostático, lo cual no es un hallazgo habitual (fig. 8-2, efigs. 8-6 y 8-7). Un estudio realizado por el autor y cols. reveló que la presencia de extensión extraprostática, como se define antes, en la biopsia por pun- ción con aguja suele asociarse con tumores extensos de alto grado con muy mal pro- nóstico.Tras un seguimiento promedio de solo 2,9 años, el 40% de los pacientes tenía metástasis y el 14% había muerto por cáncer, de manera independiente al tratamien- to 104 . En un estudio más reciente realizado con una población distinta de 80 hombres en cuyas biopsias había extensión extraprostática, el 60% tenía puntuaciones de Gleason de 8 a 10 (grupos de grados 4 y 5) en la biopsia 105 .En la prostatectomía ra- dical, el 59% tuvo márgenes quirúrgicos positivos, el 45% tenía invasión a vesículas seminales y el 37% tenía afectación de los ganglios linfáticos. La tasa de superviven- cia libre de recurrencia bioquímica a 3 años fue del 48,4% y la de supervivencia sin metástasis a 3 años fue del 75,2%. En ocasiones es posible identificar un cáncer que infiltra haces de músculo liso gruesos bien formados, lo que sugiere, pero no diagnostica, invasión del músculo del cuello vesical (efigs. 8-8 a 8-10). Puesto que las células ganglionares en ocasiones se

SAMPLE

FIGURA 8-3.  Adenocarcinoma que invade la vesícula seminal (izquierda).

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