Dolor y disfunción miofascial. El manual de los puntos gatil

Prólogo a la edición en español

Acabé mis estudios de diplomado en Fisioterapia en la Universi- dad de Valencia en el año 1987. En los libros y revistas que leía en aquellos años, a veces encontraba menciones a una cosa bastante enigmática para mí: los puntos gatillo. Todas estas breves y, habi- tualmente, mal traducidas menciones, siempre hacían referencia a una misma cita bibliográfica: El Manual de los puntos gatillo de Travell y Simons. En aquellos años no era tan sencillo conseguir libros en inglés como lo es en la actualidad, por lo que en el año 1993 pedí a una gran amiga norteamericana, Dee Kennedy, que me comprara y enviara el libro en cuestión. Un día recibí una llamada de Dee. Estaba en una cabina de teléfono (no había mó- viles en esa época) fuera de una librería de Boston y me llamaba para decirme que había ido a esa librería a comprarme el libro y que le habían dicho que no era un libro, sino dos. Que hacía poco tiempo se había publicado un segundo volumen y que si también lo quería. Por supuesto, le dije que sí. Varias semanas después re- cibí en mi casa la entonces 1.ª edición del volumen 1 y el recién publicado volumen 2. Aún recuerdo la emoción de tener los libros en mis manos por primera vez, los cuales leí con avidez de mane- ra frenética en muy poco tiempo. Y mi vida cambió. Lo que leí en esos libros me cautivó y me apasionó. En ellos se daba una com- pleta nueva dimensión a una gran parte de las patologías doloro- sas del ser humano, tan centradas en esa época en la articulación y en las vísceras, pero que ignoraban en gran medida al músculo como posible origen del dolor y de otros síntomas de nuestros pacientes. El concepto del dolor referido de origen muscular me hizo descubrir que aplicaba muchos de los tratamientos que lleva- ba tiempo usando en el sitio equivocado, los, ya que no era donde asentaba la patología, sino donde se manifestaba el dolor. En fin, para mí aquellos años fueron una explosión de dicha y de revelación. Movido por el entusiasmo, contacté con David G. Simons e iniciamos una, para mí, muy interesante relación epistolar, me- diante correo postal, ya que internet empezaba a dar sus prime- ros pasos y su uso era todavía muy minoritario. Fue entonces cuando iniciamos nuestras colaboraciones. Dave Simons estaba trabajando ya en la 2.ª edición del volumen 1 y tuve el privilegio de conocer algunos adelantos de ese trabajo y de hacerle algu- nas sugerencias, no todas escuchadas. Pese a estos anticipos, he de reconocer que la publicación de esa 2.ª edición en el año 1999 volvió a sacudirme y superó todas mis expectativas. Janet G. Travell, fallecida 2 años antes de la publicación del libro y, por lo tanto, sobre todo David G. Simons, con la im­ portante colaboración de su entonces esposa, la fisioterapeuta Lois S. Simons, y de algunos otros, como el profesor Robert D. Gerwin, habían conseguido que la primera edición de su obra, publicada en 1983 (16 años atrás), hubiera dado el salto desde la infancia a la edad adulta, con una impresionante actualización

sobre la etiopatogenia del síndrome de dolor miofascial, su diag­ nóstico y su tratamiento. John V. Basmajian no dudó en calificar esta actualización de «verdadera proeza». Han pasado 20 años desde la publicación de esa 2.ª edición y tengo la suerte de sujetar en mis manos la 3.ª edición de este incomparable manual. Y vuelvo a experimentar aquella emo- ción que sentí hace un cuarto de siglo. El libro llega en un momento muy oportuno, pues lo hace en medio de una pandemia de dolor crónico en la que lo periférico está perdiendo importancia frente a lo central. En este sentido, los capítulos iniciales de Jan Dommerholt y Robert Gerwin so- bre el lugar que ocupa el dolor miofascial en las ciencias del dolor y sobre la neurofisiología de los puntos gatillo miofascia- les actualizan el importante papel que estos juegan en la sensibi- lización tanto periférica como central, discutiéndose también la posible contribución de la fascia al síndrome de dolor miofas- cial y la importancia de sus factores perpetuadores. Hay que destacar que, gracias a la sabiduría del equipo edi- tor, liderado por Joe Donnelly, esta nueva edición ha superado varios retos complicados, como conseguir compilar en un solo tomo la información más relevante y actualizada de lo que en las anteriores ediciones ocupaba dos volúmenes; conseguir un gran rigor en los diferentes capítulos, basándose en la evidencia siempre que esta estuviera disponible, y pasar de 2 autores en la 1.ª edición, y de un número muy limitado de colaboradores en la 2.ª, a alrededor de 60 en esta 3.ª, con las inmensas dificultades que esto implica en la coordinación y en la unificación estilística y de criterios de los diferentes capítulos. Con todo ello, el magnífico trabajo del equipo editor y de todos los colaboradores ha conseguido que la obra que Travell y Simons pusieron a caminar hace 36 años haya alcanzado la madurez. Sin duda, una ardua tarea que hará que este libro se abra un hueco en nuestras estanterías. No obstante, el gran respeto con el que se han tratado las ediciones anteriores del libro, con las geniales contribuciones de sus autores originales, hace que estas sigan teniendo su espacio, sin ser reemplazadas, complementán- dose entre sí. Sé positivamente que se han quedado cosas en el tintero, lo cual, unido a la gran velocidad con la que avanza el conocimien- to sobre el síndrome de dolor miofascial y sobre los puntos ga- tillo miofasciales, hará que seguramente no pasen muchos años antes de que sea necesaria una nueva edición. Entre tanto, dis- frutemos de esta. Dave Simons falleció hace 9 años, cuando llevaba varios tra- bajando en esta 3.ª edición. Estoy absolutamente seguro de que estaría profundamente orgulloso de esta continuación de su obra. Indudablemente, otra verdadera proeza.

Orlando Mayoral Del Moral PT, PhD AMPLE

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