Brenner. Manual de manejo del dolor, 4ed

Capítulo 26 / Tratamientos conductuales del dolor crónico 307

de que el dolor es manejable, y luego se les alienta a notar los efectos de los nuevos pensamientos. A través de un curso de TCC, los pacientes se vuelven cada vez más hábiles para identi car las distorsiones cognitivas, desa arlas y desarrollar alter- nativas más adaptativas, lo que conduce a un mejor estado de ánimo, una mejor función y una reducción del dolor. Existe evidencia de que la TCC para el dolor crónico es e caz en una varie- dad de cuadros dolorosos, que incluyen dolor de espalda, cefaleas y dolor buco- facial. La TCC tiene efectos estadísticamente signi cativos sobre el dolor y la discapacidad y efectos moderados sobre el estado de ánimo y el catastro smo en comparación con el tratamiento habitual. En comparación con las condicio- nes de control activo, existen efectos signi cativos sobre la catastro zación y la discapacidad. 28 Dada la evidencia de la TCC para una variedad de afecciones de salud mental y trastornos por abuso de sustancias, los pacientes que presentan dichos trastornos asociados pueden bene ciarse más de un curso de TCC que aborde ambas afecciones concomitantemente con el mismo médico en lugar de tratar una afección primero o tener dos profesionales. Por ejemplo, un protocolo para una intervención de TCC integrada para el trastorno de estrés postraumático (TEPT) comórbido y dolor crónico demostró ser prometedor en un estudio piloto y está bajo investigación. 29 Un reto para la investigación sobre la TCC para el dolor crónico es la varia- ción en las intervenciones aplicadas en diferentes estudios. Como se muestra en esta sección, la TCC para el dolor es una colección de intervenciones que en la práctica se pueden adaptar de manera e caz a cada paciente, pero en la investiga- ción, los diversos protocolos pueden hacer que no quede claro qué intervenciones son activas, cuáles pueden ser inertes y por qué se produce el cambio de meca- nismos. De acuerdo con esto, Ehde y cols. resumen las perspectivas a futuro de la TCC para el dolor: «Se necesita más investigación para avanzar en el campo de la pregunta ¬¿Funciona?› a la pregunta ¬¿Por qué, para quién y en qué circuns- tancias funciona?›». 30 VIII. MEDITACIÓN DE CONSCIENCIA PLENA Antes de presentar la TAC, una forma de TCC que incluye prácticas de consciencia plena, se presentará la meditación de consciencia plena como tratamiento inde- pendiente para el dolor crónico. La consciencia plena se puede de nir como «la consciencia que surge al prestar atención a propósito, en el momento presente y sin emitir juicios» (p. 145). 31 Esta calidad de atención se puede cultivar mediante la práctica de la meditación formal (sentado, acostado o caminando) o a través de prácticas informales, como estar atento durante las actividades diarias (p. ej., lavar los platos). La consciencia plena se originó en la práctica de la meditación budista hace miles de años. Su aplicación en la medicina occidental a una variedad de cua- dros, incluyendo el dolor crónico, la depresión y la ansiedad, comenzó a nales de la década de 1970 con el programa de REBCP de 8 semanas. 32 Hay varios fundamentos actitudinales de la consciencia plena que se culti- van a través de la práctica. 32 Una actitud de no juzgar implica salir de la tendencia habitual a juzgar fácilmente las experiencias internas y externas (como agrada- bles, desagradables o neutrales) y luego reaccionar en consecuencia (acercarse, evitar o ignorar) y, alternativamente, adoptar la postura de un testigo imparcial. «Mente de principiante» se re ere a la capacidad de abordar cada momento como si fuera completamente nuevo, con apertura y curiosidad, como lo haría un principiante con cualquier actividad nueva, en lugar de utilizar ideas y con- ceptos para ltrar y procesar rápidamente la experiencia. Si bien los pacientes con dolor crónico, comprensiblemente, empeñan muchos esfuerzos para reducir su dolor, la consciencia plena plantea el desafío de hacer exactamente lo con- trario. La aceptación es una disposición activa a recibir las experiencias como son y, como se mencionó, a refrenar comportamientos de evitación poco exitosos así como a comprometerse en actividades vitales incluso en presencia de dolor. SAMPLE

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