Boardman. Neonatología_8ed

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PARTE 2 • El feto como paciente

FIGURA 10-8 Resultados de la secuenciación del exoma completo (SEC) en un feto con translucencia nucal aumentada. Los resultados muestran una susti tución de una sola base (T > C) que da lugar a una mutación sin sentido en el gen PTNP11. Las variantes patogénicas en PTPN11 son causantes del síndrome de Noonan en 50% de los casos. El síndrome de Noonan se caracteriza por una facies característica, baja estatura, defecto cardiaco congénito y retraso en el desa rrollo de grado variable. El aumento de la translucencia nucal puede ser el signo de presentación en el periodo prenatal.

de manera exponencial y el único requisito es que se conozca la muta‑ ción que causa la enfermedad. Incluso si no se especifica tal mutación, se puede hacer estudio molecular empleando análisis de haplotipos basa‑ dos en marcadores polimórficos enlazados de miembros de la familia. En un inicio, la PGP se usó para trastornos graves de inicio temprano (como la fibrosis quística, el síndrome de X frágil, etc.). Sin embargo, también se puede usar la PGP para prevenir trastornos de inicio tar‑ dío, como en portadores de genes de predisposición al cáncer (p. ej., poliposis adenomatosa familiar, PAF y otros trastornos de inicio tardío). Este último uso hace surgir múltiples preguntas éticas y prácticas. Es más, es posible realizar la tipificación combinada de PGP y ALH, lo que puede ser de beneficio en casos en que los padres ya tienen un niño afec‑ tado por un trastorno genético susceptible de trasplante de médula ósea (TMO) (como talasemia o anemia de Fanconi). Usando este abordaje, la PGP doble asegura que la descendencia subsiguiente no solo esté libre de la enfermedad, sino que también es adecuada donadora de médula ósea (hermanos no gemelos salvadores), para el niño afectado, de nuevo plan‑ teando importantes cuestiones éticas (138).

secuenciación del feto y de los padres biológicos (trío). La SEC de los tríos podría revelar la no paternidad, la consanguinidad y los hallazgos incidentales en los padres que son médicamente procesables (130). En tercer lugar, las dificultades en la determinación del fenotipo fetal hacen que la correlación genotipo‑fenotipo prenatal sea más difícil que en el entorno posnatal. El retraso en el desarrollo, la pérdida de audición y los rasgos dismórficos sutiles no pueden determinarse con la ecografía fetal. Esto puede hacer que se excluyan accidentalmente genes candidatos apropiados. Por último, la interpretación de las variantes de significado incierto es en extremo difícil en el entorno prenatal, donde el fenotipo puede ser incompleto, en especial en ausencia de una base de datos de variantes fetales equivalente a las bases de datos posnatales. No cabe duda de que las pruebas de todo el genoma serán cada vez más frecuentes en los próximos años. Esto estará disponible con el aumento de la potencia de secuenciación y la disminución del coste, así como la mejora de la bioinformática. Además, no es difícil prever el uso de la secuenciación del genoma completo (SGC) como enfoque de primer nivel que proporcionará la secuenciación así como las variantes estructu‑ rales, eliminando el enfoque por pasos que se usa en la actualidad. Prueba genética preimplantacional (PGP) La PGP, antes conocido como diagnóstico genético preimplantacional (DGP). La PGP corresponde a una denominación usada para describir el estudio de embriones humanos en un laboratorio en cuanto a tras‑ tornos genéticos mediante la obtención de una biopsia de células de un ovocito o embrión humano en desarrollo obtenido mediante un ciclo de fecundación in vitro (FIV) y la valoración de la composición gené‑ tica de esta muestra. Este usa esta información para determinar qué embriones serán óptimos para su transferencia subsiguiente al útero ( fig. 10-9 ). Existen tres tipos de PGP: PGP para aneuploidías (PGP‑A), PGP para anomalías monogénicas/de un solo gen (PGP‑M) y PGP para reordenamientos estructurales cromosómicos (PGP‑SR) (136). Para parejas en riesgo de transmisión de una enfermedad genética o una aberración cromosómica a su descendencia, el PGP y la transferen‑ cia de embriones no afectados ofrecen una alternativa de diagnóstico prenatal además de BVC o amniocentesis, seguido por la interrup‑ ción del embarazo de un feto afectado. El PGP molecular inicialmente se empleó para precisar el sexo del embrión en parejas con riesgo de enfermedades ligadas a X. En la técnica se usó RCP para amplificar secuencias específicas del cromosoma Y por lo que se transfirieron solo embriones femeninos (137). Durante las últimas dos décadas el rango de las anomalías genéticas que se puede detectar por PGP ha aumentado

SAMPLE

FIGURA 10-9 Biopsia de embrión. El embrión se mantiene en su sitio con una succión baja a la izquierda mientras se aspira una sola célula en el caté ter de la derecha.

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