9788419284617_Howley.Virus de ARN

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Virología. Volumen 3. Virus de ARN

el complejo de Golgi y, en menor cantidad, en el ERGiC. 317 Su por ción luminal es similar en topología a la de los miembros de la super familia de las inmunoglobulinas. 266 Se ha informado que la proteína codificada por el ORF7a se incorpora a las partículas del SARS-CoV interactuando con las proteínas estructurales víricas E y M 144 y además contribuye con la apoptosis. 317,375 La proteína codificada por el ORF7a del SARS-CoV-2, cuando se sobreexpresa, antagoniza la señalización del IFN de tipo 1, como lo muestra la inhibición de la expresión de un promotor que contiene un elemento de respuesta sensible al IFN que impulsa la expresión de la luciferasa. Esto ocurre impidiendo la fosforilación del STAT2, un factor de transcripción necesario para la señalización del IFN y que depende de la ubicuitinación de la proteína ORF7a. 40 Curiosamente, se identificaron mutaciones en la porción carboxiterminal de la pro teína ORF7a en aislados clínicos del SARS-CoV-2 y se constató que presentaban un defecto de replicación además de reducir el antago nismo del IFN. 267 Dado que las proteínas codificadas por el ORF7a del SARS-CoV y el SARS-Cov2 son idénticas en un 85.2% y similares en un 95.9%, es muy probable que tengan funciones parecidas. Sin embargo, los estudios de cada proteína, usualmente por sobreexpresión, como ya se ha descrito, han revelado actividades diferentes. Por lo tanto, se necesitan más estudios utilizando virus infecciosos para determinar la función real de la proteína codificada por el ORF7a durante el ciclo vital. ORF7b La proteína codificada por el ORF7b de 44 aminoácidos del SARS-CoV es una proteína integral de membrana que se localiza en el Golgi, la cual se ha constatado que, al igual que la proteína ORF7a, participa en la inducción de la apoptosis. 292,316 La proteína codificada por el ORF7b del SARS-CoV-2, al igual que la proteína ORF7a, es muy similar a la del SARS-CoV y es probable que tenga funciones similares. ORF8 El ORF8 codifica una proteína de 121 aminoácidos con una secuen cia señalizadora. Como tal, dicha proteína se encuentra asociada con la membrana del RE y también es secretada en el espacio extracelular y en el suero en humanos. Los anticuerpos contra la proteína codifi cada por el ORF8 se detectaron tempranamente en pacientes antes de la detección de anticuerpos antinucleocápside y se propuso que fue ran un marcador temprano de la infección y tal vez tuvieran un valor diagnóstico. 392 El ORF8 del SARS-CoV evolucionó en dos ORF más pequeños, ORF8a y ORF8b , tras una deleción de 29 nucleótidos a principios de la epidemia del SARS, 275 lo que sugiere que la proteína codificada por el ORF8 no era necesaria para la replicación vírica en los humanos. El SARS-CoV-2 ha conservado hasta ahora el ORF8 , que se mantiene entre los coronavirus de murciélagos relacionados. No obstante, curiosamente, se han notificado aislados con deleciones o mutaciones en diferentes partes del mundo. Ya en enero del 2020 se informó en Singapur una variante con una deleción de 382 nucleóti dos que abarcaba parte del ORF7b y el ORF8 , incluida su secuencia reguladora de la transcripción, que representaba el 23.6% (45/191) de los virus secuenciados. 350 Estos virus fueron replicados en una medida similar en cultivo celular y produjeron concentraciones víricas simila res en las personas. Sin embargo, la infección con esta variante se aso ció con una enfermedad más leve; 422 además, esta variante se extinguió debido al control de la propagación vírica en Singapur. También se identificaron variantes con deleciones en partes de los ORF7b y ORF8 de 62-345 nucleótidos en Taiwán, Australia, Bangladesh y España, 350 y el genoma de la variante α (B.1.1.7) también contiene un codón de terminación en el ORF8 (C27972T; Q27stop) que produce una pro teína truncada.

Aunque está claro que la proteína codificada por el ORF8 del SARS-CoV-2 no es necesaria para la replicación en cultivos celulares o en humanos, hay varios estudios que abordan su función. La proteína codificada por el ORF8 , cuando se sobreexpresa, se une al complejo principal de histocompatibilidad de clase I y dirige su degradación, lo que resulta en una menor presentación de antígenos en la superficie celular, un tipo de evasión inmunitaria. 431 También se ha descrito que la sobreexpresión de la ORF8, pero no la de otras proteínas accesorias del SARS-CoV-2, induce respuestas de estrés del RE en células trans fectadas; no obstante, aún no se han caracterizado las consecuencias de dicha activación empleando mutantes víricos con deleción del ORF8 . 83 Este hallazgo se deriva de datos en cultivos celulares, y la relevancia para la infección de humanos necesita ser validada. Sin embargo, un virus recombinante en el que se suprimió el ORF8 se replicó en culti vos celulares con una cinética similar a la del virus de tipo silvestre y mostró una patogénesis similar en ratones humanos K18 que expresa ban la ACE2, lo que indica que la expresión de la ORF8 no es necesa ria para la patogénesis en este modelo de ratón. 337 ORF9b La proteína codificada por el ORF9b del SARS-CoV-2 es bastante simi lar en secuencia y estructura a la del SARS-CoV. 332 La proteína codi ficada por el ORF9b se localiza en la membrana de las mitocondrias donde se asocia con TOM70, una proteína mitocondrial de membrana externa que sirve como receptor de la MAVS. Cuando se sobreexpresa, la proteína codificada por el ORF9b suprime las respuestas del IFN de tipo I. 161 Como ocurre con muchos otros productos génicos accesorios, esto aún debe confirmarse en el contexto de la infección. Virus recombinantes Como ya se ha descrito, a menudo las investigaciones iniciales con un nuevo patógeno identifican los antagonistas del hospedero mediante la sobreexpresión de cada proteína individual y la evaluación de los efec tos en la producción o señalización del IFN. Aunque este es un buen primer paso, la forma más definitiva de probar esta función es produ cir un virus recombinante e identificar los pasos de las interacciones virus-hospedero que se alteran. Varios grupos han desarrollado siste mas de genética inversa necesarios para construir virus mutantes. Utili zando un sistema de clonación de cromosomas artificiales bacterianos, se construyó un grupo de virus recombinantes mutantes en los que se eliminaron el ORF3a , el ORF6 , el ORF7a , el ORF7b o el ORF8 . 337 La mayoría de estos virus mostraron una morfología de placa más pequeña en comparación con el virus parental, lo que sugiere que pueden tener defectos en la propagación vírica, y los mutantes con supresiones del ORF7a y el ORF8 mostraron valores más bajos de replicación en varias estirpes celulares. Cuando los ratones K18 portadores del receptor humano ACE2 fueron infectados con cada uno de estos virus mutan tes, los que presentaban la deleción del ORF3a , el ORF7a , el ORF7b o el ORF6 sufrieron una atenuación de la morbimortalidad, siendo la atenuación más llamativa la mostrada por los virus que carecían de expresión de las proteínas codificadas por el ORF3a o el ORF6 . Estos datos sugieren que es muy probable que estas proteínas contribuyan a la virulencia del SARS-CoV-2.

VARIANTES DEL SARS-CoV-2: TRANSMISIÓN Y EVASIÓN INMUNITARIA

Desde el primer momento de su detección, en diciembre del 2019, el SARS-CoV-2 se ha transmitido eficazmente entre las personas. Sin secuencias genómicas o aislados durante el primer periodo de

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