Williamson. Ejercicios para poblaciones especiales
CAPÍTULO 6 ■ Ejercicio para personas con sobrepeso y obesidad 175
aumento de los niveles de glucosa sérica, el primer indicador de diabetes. Como se ha mencionado, el páncreas de una persona obesa suele producir insulina, pero las células del cuerpo se vuelven menos receptivas. Es posible que esto ocurra porque el exceso de tejido adiposo altera la forma de los recep- tores de insulina, evitando la unión con la insulina. A medida que aumentan los niveles de glucosa sérica (dado que la glucosa no puede entrar en las células), el páncreas produce cada vez más insulina hasta alcanzar niveles inusualmente altos, un estado llamado hiperinsulinemia. Por último, todo este trabajo sobrecarga el páncreas, pero los niveles de glucosa e insulina continúan aumentando. En consecuencia, la sangre se vuelve más viscosa, puede dañar los vasos sanguíneos, aumentar la presión arterial, interferir con la coagulación sanguínea y promover el desarrollo de diabetes tipo 2. Debido a que la diabetes tipo 2, o no dependiente de insulina, se correlaciona de forma positiva con la obesidad, tiene sentido que la pérdida de grasa disminuya el riesgo. De hecho, incluso la pérdida de peso moderada mejora significativamente la respuesta a la insulina, lo que evita que la glucosa sérica alcance niveles elevados peligrosos. Además, la pérdida de peso acompañada de ejercicio regular casi elimina la intolerancia a la glucosa y la resistencia a la insulina en la mayoría de las personas 17 .
Las personas obesas tienen una probabilidad tres veces mayor de desarrollar diabetes tipo 2 que las personas con peso normal. REFERENCIA RÁPIDA
DISMINUCIÓN DEL MALESTAR GENERAL La carga del exceso de grasa es difícil e incómoda, en particular para aquellos con un porcentaje bajo de masa muscular. Las actividades simples para personas con peso saludable se vuelven difíciles, si no imposibles, para las personas obesas. De hecho, estas personas a menudo luchan por respirar al estar sentadas, por lo que es difícil pasar de una posición sentada a una de pie. Además, entrar y salir de un coche se vuelve agotador, y tareas como limpiar, cocinar y lavar la ropa también. La pérdida de peso se acompaña de un vigor y resistencia renovados que permiten que la persona antes obesa rea- lice de nuevo actividades normales. Además, los cambios en la composición corporal o, más específi- camente, el aumento de la masa muscular y la disminución de la grasa, disminuyen el estrés durante todas las actividades. Las cargas de trabajo parecen más ligeras, los tiempos de recuperación son más cortos y la percepción del esfuerzo cambia por completo, lo que fomenta el ejercicio continuo. MEJORA DEL HUMOR Y DISMINUCIÓN DE LA ANSIEDAD Sin importar si se produce o no la pérdida de peso, la actividad física mejora el estado de ánimo y la autoestima, y disminuye la incidencia de ansiedad 21 . Esto es cierto sin importar si la actividad es un programa de ejercicio reglamentado o solo mayor movimiento en las actividades diarias normales. Grasa intraabdominal: grasa almacenada alrededor de los órganos abdominales, también conocida como obesidad central. A menudo se conoce como «forma de manzana». La grasa almacenada en esta área aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas cardiovasculares, diabetes, accidente cerebrovascular, hipertensión y ciertos tipos de cáncer. Los hombres y las mujeres posmenopáusicas suelen tener mayor cantidad de grasa intraabdominal. Grasa corporal inferior: grasa almacenada en las caderas y los muslos. A menudo referida como «forma de pera». Este patrón de distribución de grasa es habitual en mujeres y no parece aumentar el riesgo de enfermedades crónicas. SAMPLE
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