Wegner. Fracturas en niños

324 Fracturas en circunstancias especiales

Extremidad inferior Se usa el catéter para identificar el compartimiento que debe abrirse: peroneo, anterior, posterior superficial o posterior profundo. Existen diversas técnicas. Los autores prefieren una incisión medial y otra late- ral; la primera abre los compartimientos posteriores entre la tibia, los gemelos y el sóleo; la lateral abre los compartimientos tibial anterior y peroneo, y deben quedar abiertos ampliamente. TRAUMATISMOS NO ACCIDENTALES: EL NIÑO VULNERABLE La agresión infligida a adultos ha sido por siglos un acto criminal, pero sólo en los últimos 100 años se ha considerado también una ofensa cuan- do se comete en niños. La primera vez que se defendió a un niño maltra- tado fue en 1870 en Nueva York. Marie Ellen era golpeada todos los días por sus padres. Los intentos de corregir esto mediante el llamado de la policía y la intervención del fiscal de distrito fueron infructuosos. Al final, la American Society for Prevention of Cruelty to Animals em- prendió un acto útil, porque Marie Ellen se consideró miembro del reino animal y se abusaba de ella cruelmente. En la actualidad, el abuso de niños es aún un problema grave. Muchos hospitales tienen departamentos denominados Center for the Vulnera- ble Child, que brindan asistencia y consejo para niños y sus familias en entornos que afectan de manera negativa la salud (pobreza, exposición a drogas, abuso, etc.). Una proporción de 2% a 3% de los niños objeto de abuso fallece; la cifra de mortalidad del maltrato es igual o mayor que la de la leucemia. ¿Por qué un progenitor desea lesionar o matar a su hijo? Este tema ha sido objeto de estudio. De manera interesante, algunos animales (pe- rros, leones y gatos domésticos) abandonan voluntariamente a veces a sus hijos o los matan. En consecuencia, la lesión impuesta por un padre puede representar un elemento biológico innato mal conocido. En mu- chos casos se tienen explicaciones simples (tensión familiar, pobreza, apoyo familiar deficiente, separación de progenitores o trastornos psi- cológicos o psiquiátricos). El reconocimiento gradual de que la causa de múltiples fracturas diag- nosticadas en niños era el abuso se extendió gradualmente en la con- ciencia médica. Antes de 1950 se pensaba que los niños con múltiples fracturas y hematomas subdurales sufrían alguna osteopatía metabólica (Caffey). La lectura de esas descripciones tempranas, a la luz de los conocimientos actuales, es aterrorizante. En 1954, Kempe acuñó el tér- mino “síndrome del niño maltratado” y tuvo gran difusión en el gremio médico y la prensa, y permitió el conocimiento actual del problema. No reconocer que una fractura en un niño se debe al abuso puede ser letal. Si se trata al niño por una fractura y se devuelve directamente a su casa, podría morir (a manos de su abusador). Todos los departamentos de ortopedia han observado esta trágica secuencia en los años recientes.

“En 1954, Kempe acuñó el término ‘síndrome del niño maltratado’ que tuvo gran difusión en la literatura médica y en la prensa, y permitió el conocimiento actual de ese trastorno”.

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