Wegner. Fracturas en niños

Una nota de las hijas del Dr. Rang

Las charlas con nuestro padre eran heterogéneas. Iban desde pintar una nube, el uso de aceite Makassar, Indonesia, en sillas de aletas; Lisfranc, que fue médico de Napoleón (al caer un soldado de su cabal- gadura quedaba con un pie atrapado en el estribo), y una obra para una percha de abrigos hecha con la popa de un bote. Por supuesto todas estas sobremesas durante la cena eran interrumpidas por: “tengo que acudir a drenar una cadera”. Mercer Rang era un ávido interesado en toda lo que le rodeaba, pero tuvo la virtud de simplificar sus ideas y divulgar su pasión por la salud de los niños. Si viviera, estaría absolutamente complacido de que este libro alcan- zara su cuarta edición, y que ello estuviera a cargo de Dennis Wenger, con la colaboración de Pring, Upasani y Pennock, otros expertos, y el diseño de JD Bomar MPH. La despedida diaria de nuestro padre era: “disfruten lo que puedan” y esperemos que el lector corroborará tal expresión amable. Nuestros mejores deseos, Caroline McInnis, Sarah Rang, y Louise Rang P.D. No resistimos citar una de sus frases: “El interior de un aparato de yeso debe ser terso como la piel de un bebé”. (Hijas de Mercer)

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