Taylor. Speroff endocrinología ginecológica, 9ed

Prólogo

Me sentí muy complacido cuando supe que la 9.ª edi- ción de este libro de texto estaría asignada una vez más a Yale y me sentí sumamente honrado y agradecido cuando vi mi nombre en la portada. Fue hace 47 años en Yale cuando Bob Glass y Nathan Kase me invitaron a colaborar con ellos para escribir un libro de texto so- bre esterilidad y endocrinología reproductiva. Ese ma- nuscrito, realizado en una máquina de escribir portátil Royal, fue publicado un año después, con una exten- sión de 273 páginas por un precio de 17 dólares. Cada edición aumentó en peso, tamaño y precio, al igual que el desafío y la cantidad de trabajo requerido. Mi participación en este libro ha sido una de las me- jores y más grat ific antes experiencias de mi carrera. Me abrió puertas, no solo en nuestro propio país, sino en todo el mundo. Gracias a este libro, mi familia y yo hi- cimos muchos nuevos amigos y visitamos lugares que de otro modo hubieran existido solo en mis sueños. Es bueno ver el color azul distintivo de Yale una vez más en la portada. También, con gran regocijo veo que la Estrella de Macedonia sigue en la portada, una ca- racterística que se introdujo en la 6.ª edición del libro. La estrella macedonia es un símbolo que fecha de los días de Felipe de Macedonia y Alejandro Magno. Cómo desearía que mis abuelos y mi padre, que vinieron de Macedonia a América en 1921, pudieran ver la portada de la 9.ª edición. En el prólogo de la última edición, conté una historia que vale la pena repetir. En 1999, estaba en una esquina de la ciudad de Nueva York esperando a cruzar la calle.

Por razones desconocidas, en ese momento me asaltó un pensamiento tan fuerte que me quedé congelado. Me quedé allí pensando, mientras todos los demás cru- zaban la calle, que lo escrito en este libro podría tener un impacto en pacientes individuales. La fuerza detrás de este pensamiento fue la repentina apreciación de la enorme responsabilidad que conlleva escribir un libro clínico para transmitir con precisión el conocimiento basado en toda la evidencia disponible. Esta importan- te tarea ha tenido un alcance progresivo con la creciente generación de informes cient íficos y médicos con cada década que pasa. Sin embargo, como siempre, hay acon- tecimientos fi siológicos y enfermedades que actual- mente no se comprenden. Por esta razón, los autores que escriben un libro clínico aún deben aprovechar sus propias experiencias y ofrecer juicios sobre la com- prensión y la atención de los pacientes. Espero que este libro, dedicado a la atención de pa- cientes, continúe siendo utilizado por estudiantes, re- sidentes y médicos. Si alguien aprecia cuánto trabajo se dedica a la escritura clínica, ciertamente soy yo. Por ello, ofrezco un sincero agradecimiento a mis colegas de Yale por su compromiso y esfuerzo para publicar la 9.ª edición.

Leon Speroff, MD Professor Emeritus of Obstetrics and Gynecology Oregon Health & Science University Portland, Oregon SAMPLE

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