Shenenberger_Dermatología pediátrica

Virus de la varicela-zóster: varicela y herpes zóster

Sinónimos

VVZ, VHH-3, lechina, zóster, herpes zóster, culebrilla.

Tipo de herencia

Ninguna.

Diagnóstico prenatal

La varicela prenatal no es frecuente, pero si está presente puede ser catastrófica para el feto, sobre todo en el primer trimestre. Las madres no vacunadas y no afectadas previamente deben ser asesoradas por el pediatra y el obstetra antes o al principio del embarazo para reducir el riesgo de infección durante el embarazo. Antes de la vacunación universal en 1995, en los Estados Unidos se producían unos 4 millo nes de casos al año; la vacunación ha reducido el número de casos entre un 70% y un 84%. La incidencia del herpes zóster en los niños menores de 9 años es de 0.74 por caca 1000; los niños que desarrollan la varicela en el primer año de vida tienen un mayor riesgo de presentar zóster durante la lactancia y la infancia. El VVZ es un virus del herpes humano de ADN. Altamente contagioso, transmitido por gotículas respiratorias o contacto directo piel con piel; rara vez por transmisión transplacentaria. Tras la infección aguda, el VVZ persiste en los ganglios de las raíces nerviosas sensitivas hasta que se reactiva y se transmite a la piel. Los pacientes infectados tienen más probabilidades de transmitir la infección desde 2 días antes y hasta 5 días después de la aparición de la erupción. El período de incubación suele ser de 14 a 16 días, pero puede oscilar entre 11 y 20 días. Varicela (infección primaria por el VVZ): pródromo de fiebre baja y malestar general. Grupos de máculas rojas pruriginosas que se convierten en vesículas sobre bases rojas («gota de rocío sobre un pétalo de rosa») que forman costras en 1 a 2 días con aparición de nuevas lesiones durante 4 a 5 días. Pueden desarrollar pústulas o, más rara vez, vesículas hemorrágicas; no suelen fusionarse; las lesiones se curan en 7 a 10 días. Comienzan en la cara y el tronco y se extienden de forma concéntrica con lesiones en diversos estadios de desarrollo; por lo general, se producen más lesiones en los niños menores de 1 año, así como en adolescentes y adultos. A menudo se producen vesículas y erosiones en la boca, los ojos y la mucosa genital. Herpes zóster (culebrilla): pródromo con malestar, cefalea y fiebre con más frecuencia que el dolor (en comparación con los adultos). Máculas rosadas a rojas, pápulas, a veces urticariales; se convierten en vesículas sobre bases rojas que a menudo se unen y forman costras al cabo de unos días, agrupadas en un patrón «herpetiforme». Distribución dermatómica, implica de uno a tres dermatomas; pueden aparecer vesículas dispersas en otras localizaciones cutáneas. Afecta con mayor frecuencia a los dermatomas torácicos o a la división oftálmica del nervio tri gémino. El prurito es más frecuente que el dolor (en comparación con los adultos); la neuralgia postherpética es infrecuente en los niños. Varicela: enfermedad viral de manos, pies y boca , herpes simple , exantema enteroviral, derma titis herpetiforme , molusco contagioso , impétigo ampolloso y no ampolloso , escabiasis. Herpes zóster: herpes simple, dermatitis de contacto. El 90% de los casos de varicela se dan en niños de 1 a 14 años, y el 60% en niños de 5 a 9 años; solo el 1% en lactantes y adultos > 19 años.

Incidencia

Edad de presentación

Patogenia

Características principales

Diagnóstico diferencial

Análisis de laboratorio Varicela y herpes zóster: la PCR o las pruebas de anticuerpos fluorescentes directos (AFD) del líquido o tejido vesicular pueden identificar el VVZ (con hisopado de la base de una vesícula fresca y destapada). La preparación de Tzanck se realiza de la misma manera, pero solo puede identificar la presencia de cambios viropáticos. Las «3M»: m árgenes en la cromatina dentro de los núcleos, m oldeado de varias células infectadas que se fusionan para formar un grupo de células que pare cen m ultinucleadas. Cultivo viral de líquido vesicular en los primeros 3 días desde la aparición; las serologías de sueros agudos y convalecientes pueden confirmar la infección, pero no el estado inmunitario. El hemograma y las pruebas de función hepática no son específicos, pero pueden mostrar cambios leves y transitorios. Copyright © 2025 Wolters Kluwer, Inc. Unauthorized reproduction of the content is prohibited.

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