Manual de medicina vascular

Capítulo 6 / Factores de riesgo y modificación del riesgo 61

es un factor de riesgo para complicaciones perioperatorias, como neumonía, trombosis venosa y embolia pulmonar. La obesidad incrementa la tasa de complicaciones de las heridas, incluyendo aquellas relacionadas con la exposición de la arteria femoral en la región inguinal. A causa de estos factores de complicación, muchos cirujanos y médi- cos intervencionistas recomiendan, o de hecho exigen, que los pacientes participen en programas de pérdida de peso y que muestren progresos sustanciales antes de realizar un procedimiento vascular programado. Los pacientes con 10 a 20 kg por arriba del peso ideal se consideran con obesi- dad moderada. Rara vez se espera que los individuos con obesidad mórbida (exceso de peso de más de 50 kg) pierdan peso sustancial antes de la cirugía programada. Por tanto, los beneficios de los procedimientos vasculares programados, ya sean abdomi- nales o sobre las extremidades en estos pacientes deben ser considerados cuidadosa- mente en el contexto de mayores riesgos de complicaciones antes, durante o después del procedimiento. En ocasiones, el personal de salud señala que la pérdida de peso preoperatorio puede ser insegura y que la insistencia de que el paciente pierda peso quizá desaliente al individuo para que regrese a continuar el tratamiento. Esta línea de razonamiento señala la importancia de una valoración dietética formal en algu- nos pacientes con el fin de evitar los inconvenientes de una pérdida de peso poco saludable antes de la realización del procedimiento. En la experiencia de los autores es factible llevar a cabo una reducción segura de peso corporal en la mayor parte de los pacientes con obesidad moderada que requieren un procedimiento programado. De manera ideal, el paciente debería perder alrededor de 10% del peso corporal. En algunos casos los esfuerzos concertados sirven como evento que modifique la vida en los cuales la reducción de peso podría no sólo ser necesaria para la realización del procedimiento, sino que deberá continuarse a lo largo de la vida del paciente. Si tiene éxito, la reducción de peso mejorará la salud vascular periférica del paciente y también su bienestar general. Son eficaces las siguientes guías para la reducción de peso antes del procedimiento. A. Debe explicarse al paciente la importancia de la reducción de peso en el preopera- torio como un medio para facilitar un procedimiento seguro y sin complicaciones. Cabe señalar que casi siempre es posible posponer la cirugía programada hasta que se alcance cierto grado de pérdida de peso. B. Se propone un tiempo definido para lograr la pérdida de peso propuesta y fecha tenta- tiva para la cirugía. Los pacientes con obesidadmoderada se beneficiarán de la pérdida de 5 a 15 kg. Para una reducción gradual y segura de peso corporal, se recomienda la valoración por un nutriólogo y no perder más de 0.5 a 1 kg por semana. En algunos pacientes, esto significa retrasar el procedimiento por 3 a 6 meses para permitir el progreso hacia su peso ideal. Los autores han descubierto la importancia de verificar al paciente durante este periodo, con el fin de asegurar que se realizan progresos y que no han empeorado sus síntomas vasculares o que existan problemas con el programa de reducción de peso. C. A menudo se pasan por alto las bebidas alcohólicas como fuente de calorías y este hecho debe resaltarse a los pacientes que beben alcohol en forma regular. Para algunos pacientes, la reducción o eliminación del consumo de alcohol antes del procedimiento tendrá beneficios más allá de sólo la pérdida calórica. D. La mayoría de los pacientes encontrarán muy difícil perder peso y dejar de fumar al mismo tiempo. En consecuencia, se recomienda que algunos fumadores crónicos con- tinúen fumando mientras se encuentran bajo régimen alimentario. Puede llegarse a un acuerdo con el paciente de que dejará de fumar cuando se hospitalice para la cirugía programada. Algunos podrían cuestionar esta interrupción relativamente tardía del tabaquismo; sin embargo, en la experiencia de los autores este método suele acompa- ñarse de reducciones de peso corporal y no ocasiona incremento de la morbilidad de causa pulmonar. IX. El ejercicio regular es importante para la enfermedad cardiovascular, para la función pulmonar y para la pérdida de peso. El ejercicio tiene beneficios positivos sobre la pre- sión arterial del paciente, el perfil de lípidos y la sensibilidad a la insulina. El ejerci- cio regular de las extremidades inferiores en la forma de un programa de caminata AMPLE

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