Kaye_Fundamentos para el tratamiento del dolor agudo.1ed

Se calcula que cada año se realizan más de 230 millones de intervenciones quirúrgicas en todo el mundo. En el paciente quirúrgico, el dolor agudo está directamente implicado en la satisfac ción, la recuperación, la morbilidad e incluso la mortalidad del paciente. Durante muchos años, el dolor agudo ha estado rezagado en cuanto a tratamientos eficaces y los efectos secundarios de los opioides, una de las principales estrategias de tratamiento, eran bien conocidos por pro vocar potencialmente depresión respiratoria, retraso en la recuperación y el alta, y efectos no deseados como náusea, vómito y adicción a los opioides. No hace mucho tiempo, nuestra esperanza de vida era mucho más corta y no se disponía de los tratamientos quirúrgicos que ahora son habituales. Históricamente, decenas de miles de personas murieron a causa de la peste, causada por un organismo fácilmente tratable con anti bióticos de sulfonamida. Es un hecho sorprendente que la disentería fuera la mayor causa de muerte de los soldados de la Confederación y de la Unión durante la Guerra Civil estadouni dense. Algunas de nuestras mayores figuras de la historia tuvieron vidas acortadas relaciona das con lo que ahora consideraríamos estados tratables. George Washington murió de epiglotis bacteriana aguda y el poeta Lord Byron falleció a una edad temprana por un ataque epiléptico. Harry Houdini murió de apendicitis aguda y Arthur Ashe a causa de una transfusión de sangre que le provocó una infección por el virus de la inmunodeficiencia humana. Solo el año pasado, se calcula que 16 500 personas murieron en Estados Unidos por una hemorragia gastrointesti nal silenciosa mediada por medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, lo que demuestra que en la actualidad todavía nos queda un largo camino por recorrer. Sobre todo durante los últimos 50 años hemos aumentado de forma espectacular nuestra comprensión de las enfermedades, los tratamientos quirúrgicos y los estados de dolor. En este sentido, la tecnología para proporcionar un tratamiento eficaz del dolor también ha crecido de manera significativa. El desarrollo de fármacos ha permitido aumentar la vida de los pacien tes, reducir el dolor y mejorar la calidad de vida. Los milagros y procedimientos mediados por fármacos son habituales y rutinarios en nuestras prácticas médicas. En la última década hemos asistido a la catalogación completa de todo el genoma humano y al aumento de las dianas farmacológicas hasta superar por mucho el millar de sitios. Nos encontramos constantemente en un nuevo comienzo con los fármacos, incluso en nuestros campos de la anestesia y la medicina del dolor. Las relaciones de actividad estructural y los complejos análisis tridimensionales de las dianas terapéuticas han producido nuevos avan ces. Hace menos de 50 años se identificó el primer receptor de opioides. En los últimos años hemos aumentado de manera considerable el conocimiento de los opioides endógenos y de los receptores opioides de subgrupos en todo el cuerpo. La bupivacaína liposomal permite aliviar el dolor durante cerca de 4 días. Con todos estos conocimientos, nuestro futuro verá en última instancia mejores agentes dirigidos a los estados de dolor agudo y crónico. Es un momento emocionante lleno de esperanza en la medicina moderna y en nuestro campo. La anestesia nunca ha sido más segura gracias, en parte, al desarrollo de fármacos. En años recientes hemos asistido a cambios considerables en el tratamiento del dolor agudo que han dado lugar a una reducción del consumo de opioides y a estancias hospitalarias más cortas gracias a una serie de estrategias que incluyen las técnicas de recuperación mejorada tras la cirugía y los bloqueos nerviosos guiados por ultrasonido. La evolución de estas técnicas Prólogo para el libro Fundamentos para el tratamiento del dolor agudo

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