Glick-Urgencias psiquiatricas.2ed

Prefacio La respuesta a la primera edición de Urgencias psi- quiátricas. Principios y práctica ha sido muy positiva. Se han vendido miles de copias, y la retroalimen- tación indica que el libro se ha vuelto parte funda- mental de la educación y capacitación en psiquiatría de urgencias alrededor del mundo. Sin embargo, durante los últimos 10 años se han realizado avan- ces significativos y cambios de perspectiva sobre la atención de las crisis y urgencias de salud mental. La cantidad de pacientes que se presentan en crisis a los servicios de urgencias ha seguido creciendo (1), mientras que la cantidad de pacientes retenidos en las salas de urgencias a la espera de ser transferidos a unidades psiquiátricas ha aumentado a cifras, en oca- siones, catastróficas (2). Es claro que era momento de revisar y actualizar nuestro libro. Desde la publicación de nuestra primera edición, la psiquiatría de urgencias se ha aproximado más a convertirse en una subespecialidad bien establecida. Más proveedores, tanto psiquiatras como urgen- ciólogos, han enfocado su carrera al tratamiento y comprensión de las urgencias conductuales, con más énfasis en la investigación de resultados para estable- cer mejores prácticas (3). Se han desarrollado progra- mas de posgrado en psiquiatría de urgencias y ramas dentro de las residencias psiquiátricas. La conferencia National Update on Behavioral Emergencies (NUBE), patrocinada por la American Association for Emergency Psychiatry , atrae a clínicos, administradores e inves- tigadores de todo el mundo a su congreso anual (4). Más hospitales e instituciones de servicios de salud han creado servicios de urgencias psiquiátricas (SUP) independientes (5, 6) y las unidades de estabili- zación de crisis (UEC) se han vuelto un componente estándar de numerosos sistemas de salud mental (7, 8). La telepsiquiatría a demanda ha emergido en nume- rosos sitios (9-11), emitiéndose en las salas de urgen- cias de hospitales que antes no podían esperar una pronta consulta psiquiátrica. En verdad es una era de increíble progreso y crecimiento en psiquiatría de urgencias, y somos optimistas sobre la dirección hacia la que se dirige nuestra subespecialidad. No obstante, aún queda mucho trabajo por hacer. Para citar unas cuantas áreas problemáticas: uno, demasiados sistemas de servicios de salud y organiza- ciones gubernamentales aún operan bajo la premisa de

que la hospitalización psiquiátrica es la única opción para los pacientes con síntomas psiquiátricos muy gra- ves. Esta creencia existe pese a un consenso entre psi- quiatras de urgencias que indican que, en muchos de los casos, la atención aguda en el ámbito de urgencias es suficiente para estabilizar condiciones sin la necesi- dad de hospitalización. Empero, todavía es necesario contar con más datos e investigar los resultados al res- pecto. Dos, muchas, quizás incluso la mayoría, de las salas de urgencias médicas aún utilizan intervencio- nes coercitivas, como la sujeción física y la inyección forzada de antipsicóticos o sedantes como tratamiento rutinario para agitación o psicosis, en lugar de como último recurso solo después de que las demás inter- venciones colaborativas han fallado. Tres, todavía hay un estigma generalizado contra las enfermedades mentales graves, con un reconocimiento insuficiente por parte de numerosos primeros respondedores y profesionales de servicios de salud de que las urgen- cias psiquiátricas no son menos opcionales, urgentes o angustiantes que las urgencias médicas “reales”, como el dolor torácico y los ataques de asma. Cuatro, los psiquiatras de urgencias aún necesitan más herra- mientas con las cuales evaluar y tratar los padecimien- tos más graves —ya que algunos pacientes continúan renuentes a colaborar, ciertas afecciones psiquiátricas son refractarias a tratamiento y la red de seguridad del sistema de salud mental lucha por brindar opciones de derivación adecuadas para el subconjunto pequeño, pero laborioso, de personas con enfermedades menta- les graves que no responden al tratamiento comunita- rio asertivo, las opciones residenciales o los episodios intermitentes de la atención aguda. Teniendo todo esto en cuenta, hemos intentado

reunir la información actualizada más relevante basada en evidencias para esta segunda edición de Urgencias psiquiátricas. Principios y práctica . Hemos reclutado a numerosos líderes en el campo para fungir como editores y autores de sección. Hemos reorganizado el libro en seis secciones: Modelos y estándares de aten- ción al paciente, investigación y educación; Principios generales de atención; Dotación de personal y apoyo; Problemas comunes en la presentación; Poblaciones especiales, y Lineamientos y temas especiales. La primera sección incluye un nuevo capítulo que abarca el tema de la espera de cama psiquiátrica, SAMPLE

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