Casciato Manual de oncología clínica, Chmielowski, Bartosz

|  CAPÍTULO 16 • TUMORES ENDOCRINOS

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siderarse como un fármaco de segunda línea si el análogo de la somatostatina es ineficaz. El beneficio potencial debe sopesarse frente a su poca tolerabilidad, con efectos colaterales que incluyen enfermedad de tipo gripal, depresión y enfermedad tiroidea autoinmunitaria. c. El everolimús es un inhibidor de la diana de rapamicina en células de mamí- fero (mTOR), y el tratamiento con éste resulta en una mejora significativa de la supervivencia sin progresión en comparación con el placebo (11 frente a 4 meses). d. La quimioterapia citotóxica no es el método estándar de primera línea para tratar los tumores carcinoides, pero puede ser un último recurso ante la enfermedad progresiva cuando otras opciones fallaron o no son factibles. No existe un acuerdo general sobre cuándo (o incluso si es adecuado) debe ini- ciarse el tratamiento en pacientes con carcinoide maligno. El tratamiento con 5-fluoruracilo (5-FU), estreptozocina, ciclofosfamida, doxorubicina, dacarba­ zina y temozolomida como fármacos únicos ha sido estudiado, así como los tratamientos combinados, con resultados variables. 3. La oclusión de la arteria hepática a través de la embolización, quimioemboliza- ción o radioembolización han sido utilizadas para paliar los síntomas endocrinos o el dolor. La regresión objetiva de las manifestaciones se produce en el 60% de los pacientes en una mediana de 4 meses. Los efectos colaterales de la oclusión arterial incluyen fiebre, náusea y anomalías en las pruebas funcionales hepáticas. No se ha observado una ventaja clara con el uso de la modalidad de embolización simple. 4. La ablación de las metástasis hepáticas puede ser beneficiosa en los tumores pe- queños. Esto se hace con más frecuencia mediante radiofrecuencia, pero también se emplean la crioablación y las técnicas de ablación con microondas. Este trata- miento se reserva para tumores menores de 3 cm y puede usarse como un auxiliar de la cirugía o en lugar de la resección en candidatos no quirúrgicos. 5. La radioterapia (RT) se usa para mitigar el dolor hepático causado por la enfer- medad metastásica muy avanzada que no responde a otros tratamientos. Sin em- bargo, los tumores carcinoides son relativamente radiorresistentes. 6. Tratamiento farmacológico del síndrome carcinoide. Probablemente no se pue- dan controlar por completo los síntomas del síndrome carcinoide tan sólo con una restricción intensiva del triptófano en la dieta y dosis elevadas de antiserotoni- nérgicos. a. Los análogos de la somatostatina como octreotida y lanreotida reducen la pro- ducción de 5-HIAA y mejoran los síntomas en cerca del 90% de los pacien- tes. Son el pilar del tratamiento para casi todos los síntomas del síndrome carcinoide. La dosis de octreotida habitualmente es de 100 a 600 µg s.c. al día en dosis de 2 a 4 fraccionadas. Más populares son las formas de depósi- to de acción prolongada de octreotida y lanreotida; se administran 20 mg a 30 mg de octreotida i.m. o 60 mg a 120 mg de lanreotida s.c. cada 28 días. Los efectos adversos, tanto de la octreotida como de la lanreotida, incluyen dolor cólico abdominal, colelitiasis e hiperglucemia. b. La hipotensión, la complicación más grave del síndrome carcinoide, está media- da por las cininas (y quizá por las prostaglandinas), y puede precipitarse por la acción de las catecolaminas. Deben evitarse rigurosamente los agonistas adrenér- gicos β (p. ej., la dopamina o la epinefrina), ya que pueden agravar la hipotensión. Para tratar ésta en el síndrome carcinoide se prefieren los agonistas adrenérgicos α puros (metoxamina, norepinefrina) y los vasoconstrictores (angiotensina). c. El rubor está mediado por las cininas y la histamina; y puede responder a varios fármacos, entre ellos: proclorperazina, fenoxibenzamina, ciprohepta- dina y metildopa. La prednisona es útil en pacientes con carcinoides bron- quiales. El uso combinado de antagonistas de los receptores H 1 - y H 2 - (p. ej., difenhidramina y cimetidina) han resultado eficaces en pacientes con rubor carcinoide e hipersecreción comprobada de histamina. Los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) están contraindicados porque bloquean el catabo- lismo de la serotonina y pueden agravar los síntomas. AMPLE

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