Casanova9ed_9788419663634.Obstetricia y ginecología
CAPÍ TULO 9 Parto patológico y vigilancia fetal durante el parto
Este capítulo trata principalmente los siguientes temas educativos de la Association of Professors of Gynecology and Obstetrics (APGO): TEMA 22 PARTO PATOLÓGICO TEMA 26 VIGILANCIA FETAL DURANTE EL PARTO Los estudiantes deben ser capaces de distinguir las características del parto normal y anormal mediante la exploración física, la monitorización fetal y la tocometría. Deben comprender las indicaciones y las opciones de nacimiento vaginal instrumental.
Contracciones uterinas: “potencia” La actividad uterina puede vigilarse mediante palpación, tocodi namometría externa o el uso de catéteres de presión intrauterina (CPIU; fig. 9 1). Un tocodinamómetro es un indicador externo de la presión, que se coloca sobre el abdomen de la madre. Registra la frecuencia de las contracciones y las relajaciones uterinas, y la du ración aproximada de cada contracción. Además de registrar la frecuencia y la duración de las contracciones, la CPIU mide direc tamente la presión que generan las contracciones uterinas a través de un catéter que se introduce en la cavidad uterina. El catéter se conecta a un instrumento que mide la presión intrauterina en milí metros de mercurio (mm Hg). Los estudios recientes sugieren que el uso de un CPIU en lu gar de la tocodinamometría externa no influyen en el resultado de los partos distócicos. No obstante, un CPIU puede resultar útil en situaciones específicas, como en presencia de obesidad materna u otros factores que pueden impedir realizar una evaluación clínica adecuada de las contracciones uterinas. Para que tengan lugar la dilatación del cuello del útero y el des censo del feto, cada contracción uterina tiene que generar como mínimo 25 mm Hg de presión máxima. La presión intrauterina óp tima es de 50 a 60 mm Hg. La frecuencia de las contracciones uteri nas también es importante para generar un patrón de parto normal. La frecuencia óptima de las contracciones uterinas es un mínimo de tres contracciones en un intervalo de 10 min, que con frecuencia se describe como “adecuada”. Las contracciones uterinas demasiado frecuentes no son óptimas porque impiden que haya intervalos de relajación del útero. Durante estos “intervalos de reposo” el feto re cibe un flujo sanguíneo uteroplacentario libre de obstáculos para el transporte de oxígeno y productos de desecho. Sin estos intervalos de reposo la oxigenación fetal puede verse afectada.
● PARTO PATOLÓGICO El parto patológico o anómalo , o distocia del parto (literalmente, “parto o nacimiento difícil”), se caracteriza por la evolución anó mala del parto. La distocia es la principal indicación de cesárea en Estados Unidos. Pese a la elevada prevalencia de los trastornos del parto, existe una variabilidad considerable en el diagnóstico, el tra tamiento y los criterios de la distocia que requieren intervención. Puesto que la distocia casi nunca puede diagnosticarse con certeza, se ha utilizado el término relativamente impreciso de “no progre sión del parto”, que comprende la ausencia de dilatación progresiva del cuello del útero o la ausencia del descenso de la cabeza fetal, o ambas cosas. CASO CLÍNICO Después de caminar durante 2 h, su paciente regresa a la sala de partos y se la vuelve a explorar; se observa que tiene 5 cm de di latación y contracciones uterinas regulares. Es ingresada y se le administra una epidural para controlar el dolor, pero después de 6 h no ha dilatado más que 6 cm. ¿Cómo trataría su parto en este momento? o ¿qué otra evaluación de la paciente y el feto le podrían ayudar para determinar el tratamiento adecuado de su trabajo de parto?
Factores que contribuyen a que un parto sea normal: las tres P
El parto es la aparición de contracciones uterinas de intensidad, frecuencia y duración suficiente como para provocar el borra miento y la dilatación demostrables del cuello del útero. La distocia es el resultado de lo que se ha clasificado típicamente como anoma lías de la “potencia” (contracciones uterinas o fuerzas expulsivas maternas), el “pasajero” (posición, tamaño o presentación del feto) o el “paso” (pelvis o partes blandas). Otra unidad de medida que se utiliza habitualmente para de terminar la fuerza contráctil es la unidad de Montevideo ( UMV ). Esta unidad es el número de contracciones uterinas que tienen lu gar en 10 min multiplicado por la intensidad media (por encima de la presión intrauterina basal en reposo). La evolución normal del parto suele estar asociada con 200 UMV o más. Copyright © 2024 Wolters Kluwer, Inc. Unauthorized reproduction of the content is prohibited.
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