Boland. Sinopsis de psiquiatría_12ed

cidad cognitiva y la pertenencia a un grupo cultural mayoritario o mar- ginal. Una alteración de la capacidad para comprender conceptos abs- tractos, por ejemplo, puede poner de manifiesto el nivel educativo del paciente o su nivel de inteligencia. Las organizaciones religiosas y los diversos cultos pueden tener tradiciones que les parezcan extrañas a las personas no iniciadas, pero que son normales dentro del contexto del grupo cultural concreto. El aspecto de un paciente con esquizofrenia puede variar. Podemos encontrarnos desde una persona totalmente desaliñada, gritando y agi- tada, hasta una obsesivamente arreglada, completamente silenciosa y con un grado muy elevado de inmovilidad. Entre estos dos polos, los pacientes pueden ser también muy habladores y adoptar posturas extra- ñas. Su comportamiento puede convertirse en violento o agitado, apa- rentemente sin provocación previa, pero a menudo en respuesta a aluci- naciones. Los pacientes con esquizofrenia suelen descuidar la higiene personal, evitar bañarse, y vestirse con ropas inadecuadas para la tem- peratura ambiental. Otros tipos de comportamiento extraño pueden ser los tics, las estereotipias, los manierismos y, en ocasiones, la ecopraxia (alteración que consiste en que el paciente imita las posturas, los gestos o el comportamiento de la persona que lleva a cabo la exploración). La paciente A. B., una mujer de 32 años de edad, empezó a adelgazar y se despreocupó de su trabajo, que empezó a decaer en cuanto a cali- dad y cantidad. Creía que sus compañeras de trabajo hacían comenta- rios calumniosos sobre ella y se quejó de que un joven, que estaba en la misma planta que ella, la había rodeado con el brazo y la había insultado. Su familia presentó cargos y solicitó una investigación, que demostró no solo que la acusación no tenía fundamento alguno, sino que el hombre en cuestión no había hablado con ella desde hacía meses. Un día volvió a casa después del trabajo y, al entrar, rió enérgi- camente, miró a su cuñada con desconfianza, no quiso responder a sus preguntas, y cuando vio a su hermano, se puso a llorar. No quería ir al baño porque decía que había un hombre que la miraba a través de las ventanas. No comió nada, y al día siguiente dijo que sus hermanas eran unas «malas mujeres», que todo el mundo hablaba de ella y que alguien había tenido relaciones sexuales con ella, y a pesar de que no podía verlo, «siempre estaba por allí». La paciente ingresó en un hospital psiquiátrico público. Al entrar en la recepción, se rió fuerte y se puso a gritar de forma constante: «¡Ella no puede quedarse! ¡Deber irse a casa!». Hizo muecas y realizó varios movimientos estereotipados con las manos. Cuando ya estaba en planta, no prestó atención a las preguntas que le realizaban, aunque hablaba consigo misma en un tono infantil. Andaba continuamente; caminaba de puntillas, como bailando; señalaba sin centrarse en un punto concreto, y sacaba la lengua y se chupaba los labios como un bebé. A veces gemía y lloraba como una niña, pero sin derramar lágrimas. A medida que fueron pasando los meses, permaneció en un estado ridículo, infantil, distraído, inaccesible, con muecas, gesticulación, señalando los objetos de un modo estereotipado y, normalmente, hablando consigo misma en Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos 5

Aunque se habla de la esquizofrenia como si fuera un solo padecimien- to, probablemente comprende un grupo de trastornos con etiologías he- terogéneas, y esto incluye a pacientes cuyas presentaciones clínicas, respuesta al tratamiento y evolución de la enfermedad son distintas. Los signos y síntomas son variables e incluyen cambios en la percepción, la emoción, la cognición, el pensamiento y el comportamiento. La expre- sión de estas manifestaciones es diferente en cada paciente y varía con el tiempo, pero el efecto del padecimiento siempre es grave y, normal- mente, prolongado. El trastorno suele empezar antes de los 25 años de edad, persiste durante toda la vida y afecta a personas de todas las clases sociales. Debido al desconocimiento general de esta condición, tanto los pacientes como sus familias suelen recibir una mala atención y sufrir exclusión social, por la ignorancia generalizada sobre este trastorno. La esquizofrenia es uno de los trastornos mentales graves más habituales, pero la esencia de su naturaleza sigue sin estar dilucidada; es por ello que en ocasiones se le define como un síndrome, como un grupo de trastornos o, según la 5.ª edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), como el espectro de la esquizofre- nia. Los médicos deben comprender que el diagnóstico de la esquizo- frenia únicamente se basa en los antecedentes psiquiátricos y la evalua- ción psicopatológica del paciente. Para detectar la esquizofrenia no existe ninguna prueba de laboratorio. La esquizofrenia aparece en pacientes jóvenes y por ello causa dis- funciones importantes y duraderas, requiere mucha asistencia hospita- laria y necesita una atención continua, rehabilitación y servicios de apoyo; se estima que los costes económicos de esta enfermedad en Es- tados Unidos superan los de todas las neoplasias juntas. Los pacientes con esquizofrenia representan entre un 15% y un 45% de los indigen- tes estadounidenses. En todo el mundo, la esquizofrenia es una de las 25 principales causas de discapacidad. Este hecho es sorprendente, dada su prevalencia relativamente baja. Sin embargo, este trastorno afecta no solo a las personas, sino también a familias, cuidadores y a la sociedade en general. Por esta razón, los costes indirectos son enormes y, a menudo, se subestiman. PRESENTACIÓN CLÍNICA No existe ningún síntoma o signo patognomónico del trastorno, ya que todo síntoma o signo observado en este padecimiento se presenta en otros trastornos psiquiátricos y neurológicos. Por lo tanto, los antece- dentes de un paciente son esenciales para el diagnóstico del trastorno; los especialistas no pueden diagnosticar una esquizofrenia únicamente en función de los resultados de un solo examen del estado mental, ya que los síntomas cambian con el tiempo. Por ejemplo, un paciente pue- de presentar alucinaciones intermitentes y una capacidad variable para llevar a cabo su actividad adecuadamente en las situaciones sociales, o pueden observarse síntomas característicos de un trastorno del estado de ánimo de forma episódica durante la evolución de la esquizofrenia. El médico debe tener en cuenta el nivel educativo del paciente, su capa-

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