Boardman. Neonatología_8ed

Prefacio a la primera edición

una subespecialidad fuertemente limitada en edad a la primera infan cia, pero amplia en su estudio de la interacción de la fisiología normal y los procesos de enfermedad. La neonatología también debe crecer en su relación con la obste tricia y la biología fetal. En los mejores centros se ha desarrollado una colaboración activa entre la obstetricia y la pediatría en torno al trata miento de los embarazos y los recién nacidos de alto riesgo. En ocasio nes, la formación ha sido cooperativa, pero solo en unos pocos casos se han incorporado a este esfuerzo científicos básicos relacionados con la biología fetal. Se han hecho importantes comienzos en el estudio de la unidad fetomaterna, como los estudios endocrinos de Egon Diczfalusy, los estudios cardiopulmonares de Geoffrey Dawes y los estudios inmu nológicos de Arther Silverstein. Pero los procesos fundamentales, como los controles del crecimiento fetal y el inicio del parto, no se comprenden por el momento. Se necesitan centros o institutos que reúnan a trabajadores de diversos puntos de vista para luchar contra los profundos problemas de la biología fetal. A nivel clínico, la inter dependencia de la obstetricia y la neonatología es evidente. En última instancia, estas dos especialidades podrían unirse un día como una nueva entidad –perinatología– al menos a nivel de formación y certifi cación. Mientras tanto, es necesario un mayor entendimiento mutuo y una mayor interacción diaria para el cuidado óptimo de las madres y sus bebés. Este libro está organizado en torno a los problemas que se presen tan, así como por sistemas de órganos. Se espera lograr un equilibrio entre la presentación de la ciencia básica en la que debe basarse el manejo racional y los consejos relativos al cuidado del paciente, que los expertos en cada subárea están capacitados para dar. Los autores de los capítulos han abordado sus temas de diversas maneras, y no se ha intentado conseguir un formato completamente uniforme. En algu nos casos, hay un superposición de temas, pero los puntos de vista algo diferentes que se presentan, y el deseo de evitar que el lector recorra el libro en busca de referencias cruzadas, me han persuadido de dejar los pequeños solapamientos sin alterar. Se entiende que un volumen como este no puede tener más que una vida útil limitada. Sin embargo, mientras dure su vigencia, espero que sirva como guía práctica para la terapia y como ayuda para la com prensión de la fisiopatología para quienes se dedican al cuidado de los recién nacidos.

Neonatología significa conocimiento del recién nacido humano. El tér mino fue acuñado por Alexander Schaffer, cuyo libro sobre el tema, Enfermedades del recién nacido , se publicó por primera vez en 1960. Este libro, junto con Fisiología del recién nacido , de Clement Smith, constituyeron las piedras angulares de este campo en desarrollo. En los últimos 15 años, la neonatología ha pasado de ser la preocupación de un puñado de pioneros a convertirse en una importante subespecia lidad de la pediatría. Los conocimientos en esta área se han ampliado tanto que ahora parece importante recopilar este material en una obra de referencia con varios autores. Aunque la tasa de mortalidad perinatal ha disminuido en los últi mos 50 años, no se han alcanzado en todo el mundo las mejores tasas de supervivencia actualmente alcanzables y, de hecho, Estados Unidos va por detrás de otros 15 países, a pesar de sus enormes recursos. Para seguir reduciendo la mortalidad perinatal se necesitan nuevos conoci mientos y mejorar la coordinación de los servicios para la madre y el niño. Y, por último, hay que hacer mucho más hincapié en la morbili dad, para que los niños supervivientes puedan llevar una vida plena y productiva. Es de esperar que en el futuro la vara de medir el éxito sea la calidad de vida y no el mero hecho de vivir. En esta última década, la neonatología, como subespecialidad reco nocida de la pediatría, ha surgido en torno a la enfermería de cuidados intensivos para prematuros. Ni que decir tiene que los problemas de la prematuridad están lejos de estar resueltos. Pero la neonatología está madura para ampliarse desde sus inicios de enfermedad de la mem brana hialina del prematuro. El recién nacido es heredero de tantos problemas y su fisiología es tan única y cambia tan rápidamente que todas las afecciones del recién nacido deberían ser objeto de la nueva y creciente disciplina de la neonatología. Hace tiempo que se ha con vertido en una práctica habitual admitir en las guarderías de prematu ros a otros bebés de alto riesgo, como los de madres con diabetes o con toxicidad. En este caso, el criterio es la necesidad de cuidados inten sivos. Sin embargo, los conocimientos especializados del neonatólogo deberían otorgarle un papel importante en el cuidado de otros bebés en los primeros 2 o 3 meses de vida, tanto si requieren cuidados inten sivos como si son reingresados por problemas no relacionados con la prematuridad y el propio nacimiento. El conocimiento detallado de la fisiología del recién nacido puede ayudar en el tratamiento de las anomalías congénitas, las afecciones quirúrgicas del neonato, el retraso en el desarrollo, los problemas nutricionales, las enfermedades genéticas, neurológicas y bioquímicas, y una serie de trastornos que implican un retraso en la maduración. Por lo tanto, se puede concebir

Gordon B. Avery, MD, PhD SAMPLE

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