Baskin. Manual de urología pediátrica 3ed

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Cirugía robótica y laparoscópica en urología pediátrica Eric A. Kurzrock

I. INTRODUCCIÓN Desde la última edición de la obra Handbook of Pediatric Urology , los avances en cirugía asistida con robots han ocasionado un incremento exponencial en la cirugía laparoscópica pediátrica, en particular para la reconstrucción de las vías urinarias altas. Los métodos laparoscópicos tienen la ventaja de incisiones más pequeñas, menos dolor, estancias hospitalarias más breves y disminución de la convalecencia para adultos sometidos a cirugía abdominal. Los lactantes y niños se benefician, pero las ventajas de la cirugía abierta probablemente disminuyan con el tamaño del paciente. Como la vejiga y riñones del niño se encuentran mucho más cercanos con respecto a la superficie y más pequeños, pueden repa- rarse o extirparse a través de incisiones pequeñas (2 a 5 cm) con menos división del músculo. La combinación de una exposición excelente y la visión a través de un laparoscopio conmejoría en el control motor fino con robots, han desafiado la superioridad de muchos procedimientos urológicos pediátricos abiertos. II. FISIOLOGÍA Inflar el abdomen con CO 2 a presión crea cambios fisiológicos singulares, que difieren a la cirugía abierta. La cirugía laparoscópica, por lo general, se realiza con presiones entre 10 y 15 mm Hg, lo que disminuye el movimiento diafragmá- tico y la capacidad pulmonar. La absorción de CO 2 (hipercarbia) con la presión puede ocasionar cambios cardiopulmonares que el cirujano y el anestesiólogo deben vigilar y deben estar preparados para compensarlos. Éstos incluyen dis- minución del gasto cardiaco, aumento de la frecuencia cardiaca, disminución de la diuresis y aumento de la presión intracraneal. La duración más prolon- gada, las enfermedades cardiopulmonares asociadas, cirugías previas pueden evitar que algunos pacientes sean sometidos a cirugía laparoscópica. III. INSTRUMENTACIÓN Y TÉCNICA Los telescopios para laparoscopia se encuentran disponibles en tamaños que van de 2 a 12 mm. La colocación inicial del trocar puede realizarse a ciegas con una aguja de Veress, a través de una incisión abierta o con colocación del tro- car bajo visión directa. Es importante asegurar que la vejiga esté vacía antes de colocar el primer trocar. Se colocan uno a cuatro trócares adicionales bajo visión laparoscópica directa. La mayor parte de los procedimientos pediátricos se realizan con instrumentos de trabajo de 3.5 o 5 mm. Se dispone de una amplia variedad de instrumentos lo que incluye disectores, sujetadores, portaagujas, electrocauterios bipolares y dispositivos de aspiración. La coagulación y divi- sión de los tejidos puede realizarse con instrumentos similares a los observados en cirugía abierta como tijeras, electrocauterio monopolar o bipolar y dispositi- vos ultrasónicos. La ligadura de los vasos sanguíneos y tejidos puede llevarse a cabo con material de sutura, grapas y grapadoras. La mayor parte de los ciruja- nos prefiere el uso de robots si hay un componente reconstructivo para la ciru- gía con uso de material de sutura. Pueden utilizarse morecelador y bolsas para piezas quirúrgicas para el retiro de la pieza quirúrgica. El laparoscopio proporciona aumento, pero los instrumentos y ángulos obtenidos con los trócares a menudo limitan la destreza y movimientos del

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