9788419284099_Ahmad. Viviendo con Covid_1ed
Prefacio
A
l hojear este libro, la pregunta natural es: “¿Por qué debería leer esto?”. La respuesta sencilla es que no solo se trata de su historia
y mi historia, sino de nuestra historia. Hemos vivido un tiempo histórico sin que haya nada en la historia reciente que refleje esta época, y el final está aún por determinarse. Estoy seguro de que todos estamos en busca de la verdad en términos de ciencia, y trabajamos para descubrir políticas que dicten mandatos de acuerdo con lo que deseamos, siendo lo más importante mitigar el impacto del virus en nuestro sufrimiento colectivo. Decidí escribir este libro teniendo en cuenta estos hechos y espero ser capaz de presentar una visión objetiva de lo que nos ha llevado hasta aquí y hacia dónde podríamos ir. La mañana del 23 de marzo de 2020 fue como cualquier otro día, o eso creía. Me levanté como de costumbre para prepararme y dirigirme al hospital, pero en cuanto puse el pie en el suelo, me di cuenta de que no era yo mismo. Tenía náusea, estaba hinchado y necesitaba ir al baño. Después de ducharme y arreglarme, me sentí un poco mejor y decidí ir al trabajo. Una vez allí, seguí mi rutina pero me sentía débil, mareado y cansado. Comprobé mi temperatura, pero estaba dentro de los límites normales, así que atribuí mis síntomas a haber comido algo malo o muy probablemente a algún bicho estomacal. En retrospectiva, estos eran algunos de los signos reveladores de COVID-19, pero en aquel momento todavía se consideraba una enfermedad respiratoria. Trabajo en una unidad de hospitalización psiquiátrica y estaba empezando a lidiar con la aparición de la enfermedad y con los lineamientos recién establecidos que se actualizaban a diario. Mirando hacia atrás, resulta asombroso lo poco que sabíamos sobre el virus de SARS-CoV-2 en aquella época, en la que todavía no teníamos la obligación de llevar mascarillas y no hacíamos pruebas a los pacientes que ingresaban en el hospital, a menos que mostraran algún signo o síntoma claro de COVID-19. Por la tarde tenía tos y fiebre, así que me puse en contacto con los servicios de salud laboral (OHS, occupational health services ), que me recomendaron que me fuera a casa y que les informara periódicamente sobre mi estado, en especial si la fiebre superaba los 38 ºC. Esa tarde subió a 38.3° y, luego de comunicarme con el OHS, me pidieron que me quedara en casa hasta que me dieran el visto bueno para volver, aunque todavía no se había determinado exactamente cuándo o cómo podría volver al trabajo. Aunque fue frustrante, como clínico entendí la razón de la falta de claridad, pero aun así comprendo la frustración que sienten millones de estadounidenses que luchan por entender este cambio constante de recomendaciones. Este es un punto importante y algo que puede haber añadido mucha confusión y escepticismo SAMPLE
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