9788419284099_Ahmad. Viviendo con Covid_1ed

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Capítulo 6 Impacto psicológico de COVID-19 en niños, adultos jóvenes y cuidadores

síntomas de depresión, pero que estas también se encuentran relacionadas con una mala salud física. De los 915 adolescentes encuestados durante la pandemia, 158 (17.3%) experimentaron una elevada ansiedad ante la pandemia y tenían una probabilidad significativamente mayor de haber experimentado síntomas depresivos y una mala salud física. 17 Esto concuerda con los bucles de retroalimentación positiva discutidos en capítulos anteriores. Aunque esto no proporcione pruebas de direccionalidad, sugiere que los síntomas de COVID-19, ansiedad y depresión, así como la mala salud física, pueden reforzarse mutuamente. Todo ello puede verse agravado por los bajos recursos, la precariedad de la vivienda, la inseguridad alimentaria y otros factores comunes entre los hogares de bajo nivel socioeconómico. Lo que es importante recordar, sin embargo, es que estos estudios sugieren que la ansiedad provocada por COVID-19 puede ser relativamente común entre los niños, pero está lejos de ser universal. La mayoría de los niños demostrará ser resiliente al enfrentar el estrés derivado de todo lo que involucra el tema de COVID-19, y los padres y tutores pueden aumentar la probabilidad de que sus hijos procesen la experiencia de forma adecuada fomentando un entorno de amor y apoyo. Deben adoptarse enfoques similares con los niños que han desarrollado el trastorno negativista desafiante. Empieza a surgir evidencia de que cada vez hay más niños desafiantes y agresivos durante la pandemia, sobre todo entre los más pequeños. Un estudio en el que participaron 5 823 niños de tres grupos de edad (de 1 a 6 años, de 7 a 10 años y de 11 a 19 años) en Alemania, Austria, Liechtenstein y Suiza reveló que el grupo de edad más joven fue el que registró el aumento más notable de comportamientos desafiantes (43% del grupo), el grupo de edad media mostró un aumento moderado de los problemas emocionales y de comportamiento, mientras que el grupo de mayor edad reportó tasas más altas de ansiedad que el grupo de edad media (pero más bajas que el de los más jóvenes) y refirió “estar demasiado cansado, poco activo y nervioso”. 18 Otro estudio canadiense que encuestó a 587 niños de entre 5 y 18 años con trastorno por déficit de atención e hiperactividad también descubrió niveles moderadamente más altos de ansiedad y depresión (14.1 y 17.4%, respectivamente) entre los participantes, pero que 38.6% de los participantes mostraba comportamientos indicativos del trastorno negativista desafiante. 19 Dado que se calcula que dicho trastorno tiene una tasa de prevalencia de entre 1 y 11%, y que el DSM-V estima que la prevalencia media es de 3.3%, esto parece una observación preocupante que justifica más estudios. 20 Existen numerosas razones potenciales para este tipo de fenómenos. Si bien es cierto que existe la posibilidad de que la vida del niño se haya deteriorado por el hecho de vivir con un cuidador o un pariente que sea negligente, que tenga problemas de abuso de sustancias o que sea abusivo, no todos los problemas de salud mental pediátricos pueden atribuirse al maltrato. De la misma forma que muchos adultos, algunos niños pueden sentirse aislados SAMPLE

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