9788419284099_Ahmad. Viviendo con Covid_1ed

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Capítulo 6 Impacto psicológico de COVID-19 en niños, adultos jóvenes y cuidadores

—30 y 32% de los casos, respectivamente. 11,12 Los determinantes sociales de la salud, en particular los bajos recursos, la dinámica de la vivienda y el empleo dentro de sus familias, y el estatus de cobertura médica, han colocado a los individuos hispanos y negros en mayor riesgo de infección por COVID-19, así como de complicaciones graves, incluido el MIS-C. 9

Transmisión de SARS-CoV-2 en niños

Aunque no parece haber duda de que los niños sanos sin afecciones preexistentes corren menos riesgo de desarrollar síntomas graves de COVID-19 en comparación con los adultos (en especial adultos mayores) o los niños de comunidades necesitadas, el riesgo de infección incluso en comunidades con recursos aún es bastante alto, sobre todo dada la mayor transmisibilidad de la variante Delta. En el condado de Marin, California, un profesor no vacunado leyó en voz alta a un aula de 24 alumnos 2 días después de desarrollar los síntomas en mayo de 2021. El profesor optó por leer sin usar una mascarilla, a pesar de que la escuela tenía estipulado como requisito su uso en interiores. En consecuencia, 12 de los 24 alumnos del aula —todos ellos demasiado jóvenes para ser vacunados— dieron positivo en la prueba de COVID-19. Ocho de los 10 alumnos de las dos filas más cercanas a la mesa del profesor dieron positivo (tasa de ataque = 80%), mientras que 4 de los 14 de las tres filas posteriores dieron positivo (tasa de ataque = 28%). Pudieron rastrearse hasta la clase 14 infecciones adicionales, elevando el total a 27 (26 individuos además del profesor). De los 27 individuos, 3 tenían completa su vacunación y 22 (81%) declararon síntomas. 13 Aunque los niños tienen riesgo de infectarse, el papel que desempeñan en la transmisión comunitaria y doméstica aún está mal definido. Zhu y cols., realizaron un metaanálisis en el que examinaron 213 grupos de transmisión de SARS-CoV-2 en los hogares y descubrieron que solo 8 (3.8%) incluían un caso pediátrico, y que las tasas de ataques secundarios en los hogares con un caso pediátrico confirmado eran significativamente menores que las tasas de ataques secundarios en los hogares con casos de adultos confirmados. 14 Por supuesto, este estudio tuvo numerosas limitaciones, siendo la principal el hecho de que no estaba claro qué papel desempeñaban los casos pediátricos asintomáticos, si es que lo tenían, en las tasas de ataques secundarios en los hogares. Mucho más sorprendente es el hecho de que un estudio realizado en Ontario, en el que participaron más de 6000 hogares, encontró que los niños más pequeños (de 13 años o menos) son en realidad más propensos a propagar el SARS-CoV-2 dentro de un hogar que aquellos de mayor edad (entre 14 y 17 años), incluso si los de más edad tenían mayor probabilidad de ser el caso principal del hogar. 15 Además, los niños de 0 a 3 años tenían más probabilidades de transmitir la infección por el SARS-CoV-2 que los otros tres grupos de edad SAMPLE

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