Williamson. Ejercicios para poblaciones especiales

164 PARTE III ■ EJERCICIO Y NUTRICIÓN EN LA ENFERMEDAD

TABLA 6-1. Clasi cación del índice de masa corporal Clasi cación

IMC

Bajo peso

< 18,5

Peso saludable

18,5-24,9

Sobrepeso

25-29,9

Obesidad de grado I (riesgo bajo para problemas relacionados con la obesidad) 30-34,9 Obesidad de grado II (riesgo moderado para problemas relacionados con la obesidad) 35,0-39,9 Obesidad de grado III (riesgo alto para problemas relacionados con la obesidad) ≥ 40

rechazo y aislamiento, factores que pueden fomentar la depresión y la vergüenza. En consecuencia, muchas personas con sobrepeso están dispuestas a intentar cualquier cosa para perder algunos kilos. De hecho, casi el 45% de las mujeres y el 30% de los hombres tratan de perder peso en un momento dado, y se estima que gastan unos 60 mil millones de dólares anuales en suplementos para bajar de peso, gimnasios, equipos de ejercicio, programas de pérdida de peso y productos que «derriten la grasa». No solo las personas obesas intentan encontrar soluciones para perder peso, sino que los investigadores también están buscando «tratamientos» que finalmente reduzcan los riesgos de compli- caciones de salud asociadas con la obesidad. Aunque muchas personas anhelan una píldora mágica para bajar de peso, los expertos coinciden en que una dieta saludable y ejercicio rutinario son la combinación clave para perder y mantener el peso de forma saludable. En este capítulo se comentan cómo los cambios del estilo de vida son pro- metedores en las personas con sobrepeso y obesidad. CAMBIOS ANATÓMICOS Y FISIOLÓGICOS El exceso de peso suele ganarse a un ritmo relativamente lento durante un largo período, de manera que mucha gente no se da cuenta del crecimiento de su abdomen hasta que su peso se vuelve peli- grosamente alto. Este peso excesivo, que suele ser de grasa, es una carga que afecta a la mayoría de los sistemas del cuerpo, en particular a los sistemas cardiovascular, musculoesquelético, pulmonar, digestivo y endocrino. SISTEMA CARDIOVASCULAR El exceso de grasa corporal aumenta la carga de trabajo del corazón y a menudo promueve la hiperten- sión (fig. 6-1). ¿Por qué? Los adipocitos, las células que se encuentran en el tejido adiposo, requieren oxígeno y nutrientes como cualquier otra célula. En consecuencia, cuando aumenta el número de células grasas, el cuerpo debe producir más sangre para satisfacer las nuevas demandas. A medida que aumenta el volumen sanguíneo, la presión ejercida contra las paredes arteriales también aumenta porque el propio corazón se contrae más fuerte y con más rapidez para satisfacer las demandas. Esto explica el aumento de la frecuencia cardíaca que a menudo experimentan las personas con sobrepeso. Además, como el volumen sanguíneo aumenta, los niveles de sodio sérico también suben (sobre todo en respuesta a la liberación hormonal). Un mayor contenido de sodio sérico promueve la retención de agua, un factor que aumenta aún más la presión sanguínea. En general, este ciclo estresa indebida- mente el corazón en reposo. Imaginar la carga causada por el esfuerzo físico, incluso si la actividad es de baja intensidad. Por desgracia, un corazón enfermo tiene dificultades para soportar estas demandas. Como se mencionó, el exceso de peso a menudo produce dislipidemia, una condición que suele incluir niveles séricos anormalmente altos de LDL y triglicéridos. Esto promueve la formación de depósitos de grasa en las paredes arteriales que a menudo se convierten en placas y, finalmente, pro- vocan el estrechamiento de los vasos sanguíneos e hipertensión. A su vez, la hipertensión promueve SAMPLE

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