Neurología ortopédica. Exploración diagnóstica de los nivele

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Sugerencias para la exploración del paciente con mielomeningocele

dera, flexión de rodilla y dorsiflexión del tobillo (respuesta triple), el lactante puede no sentir el estímulo nocivo. Es necesario observar al niño para detectar signos de llanto o cambios en la expre- sión facial para determinar si hay un reco- nocimiento central del dolor. 2. Para valorar los músculos del tendón de la corva, se coloca al paciente boca abajo sobre el borde de la mesa de exploración para que las caderas y extremidades in- feriores cuelguen con libertad (fig. 5-12). Se estabilizan, y luego se determina si puede flexionar las rodillas. Si la rodi- lla se flexiona, actúa contra la gravedad y con una fuerza de grado 3, al menos (fig. 5-13). Durante la prueba, se palpa la parte medial para identificar la actividad de los músculos semimembranoso y se- mitendinoso (L5), y la parte lateral para evaluar el bíceps femoral (S1). 3. Para la prueba muscular del glúteo ma- yor, se sostiene al paciente en la misma posición y se le pide que extienda las ca- deras, lo que indica actividad del glúteo mayor (S1) (fig. 5-14).

anormal de la frente. Por lo general, la hidro- cefalia es secundaria a una malformación de Arnold-Chiari (desplazamiento caudal del tronco del encéfalo). Si no se atiende, puede causar espasticidad, lo que reduce más la fun- ción ya comprometida de los músculos con inervación marginal o normal. Si la hidroce- falia se trata temprano, el tamaño ventricular, y por tanto, el perímetro cefálico, pueden man- tenerse dentro de límites normales. El método terapéutico habitual consiste en una derivación y revisiones apropiadas, en caso necesario. La derivación es un tubo que drena el exceso de líquido cefalorraquídeo de los ventrículos cere- brales a la cavidad peritoneal o al corazón. Exploración de la extremidad superior Si bien una gran mayoría de lesiones por mie- lomeningocele ocurre en la región lumbosacra, puede haber lesiones más altas que afectan la función de la extremidad superior y que pue- den acompañar a estas lesiones inferiores, lo que amerita una valoración neurológica completa de la extremidad superior. También puede existir hidromielia (crecimiento del conducto central de la médula espinal) y siringomielia (líquido que llena cavidades anormales en la sustancia de la médula espinal) de la médula cervical junto con el mielomeningocele de las regiones lumbar y sacra. Estas dos patologías son progresivas y requieren pruebas motora y sensitiva cuidadosas de la extremidad superior, con programación de las consultas de seguimiento. Para los pacientes con mielomeningocele, las extremidades supe- riores revisten una importancia particular por- que les sirven para caminar con muletas. Sugerencias para la exploración del paciente con mielomeningocele 1. No debe confundirse la respuesta de re- tiro con el control voluntario de la fuer- za motora. Aunque el estímulo de un pinchazo pueda causar una respuesta de retiro en tres articulaciones: flexión de ca-

S1 S1 AMPLE L5

FIGURA 5-12 Posición para valorar los músculos del tendón de la corva y el glúteo mayor.

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