Manual ACSM de nutrición para ciencias del ejercicio

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Lípidos

CAPÍTULO

OBJETIVOS

■■ Reconocer los diferentes tipos de ácidos grasos y sus principales fuentes alimentarias. ■■ Describir las ingestas recomendadas de lípidos para las poblaciones de atletas y no atletas, y las mejores fuentes alimentarias de estos. ■■ Identificar las principales enzimas digestivas de lípidos, las sustancias relacionadas y sus fuentes en el tubo digestivo. ■■ Demostrar conocimiento sobre las principales lipoproteínas sanguíneas, sus fuentes y cómo se metabolizan. ■■ Explicar la asociación entre los lípidos y la ateroes- clerosis y las cardiopatías, así como las estrategias dietéticas y de ejercicio que se pueden seguir para dis- minuir sus riesgos.

■■ Explicar cómo se producen las grasas trans, los alimentos con mayor probabilidad de ser ricos en ácidos grasos trans y los problemas de salud que estos plantean. ■■ Describir cómo se metabolizan las grasas para pro- porcionar energía de trifosfato de adenosina (ATP, adenosine triphosphate ) a los tejidos, y los factores dietéticos, hormonales y de ejercicio relacionados con el aumento del metabolismo de las grasas. ■■ Reconocer las principales funciones de los lípidos para ayudar a mantener una buena salud. ■■ Comprender las principales reacciones que tienen lugar con los lípidos de la dieta. ■■ Conocer los ácidos grasos esenciales y los procesos para fabricar ácidos grasos no esenciales.

Estudio de caso 82 AMPLE John era un liniero defensivo talentoso en su equipo de fútbol americano del bachillerato, pero recibía mucha presión de su entrenador para “... ¡ganar un poco de peso!”. No se le proporcionó ninguna orientación sobre qué hacer, por lo que siguió con el mismo régimen de entrenamiento que antes, pero comenzó a comer más, mucho más. Más tocino, más salchichas y cinco huevos fritos en lugar de sus dos habituales. Efectivamente, su peso estaba subiendo. El problema era que el aumento de peso era casi totalmente de grasa corporal, por lo que tenía la misma cantidad de músculo para mover más peso no muscular, y todos notaron que era más lento fuera de la línea y su resistencia era terrible. Para empeorar aún más las cosas, tenía mucho dolor muscular que lo frenaba aún más y le dificultaba recuperarse de la práctica de fútbol. Al final de cada semana, se sentía terrible y tenía un desempeño insatisfactorio en los juegos de los sábados. Por tal motivo, su entrenador dijo lo inevitable: “¡Necesitas perder algo de peso!”. Así que John siguió una “dieta” baja en calorías que él mismo prescribió, cercana a la inanición, porque estaba desesperado por perder ese peso. Sí, perdió peso, pero casi todo el peso que perdió fue de músculo, lo que hizo que su relación fuerza-peso fuera aún peor (tenía menos músculo moviendo más peso no muscular). Su resistencia era terrible, y estaba bastante seguro de que tendría que renunciar al fútbol. Finalmente, los padres de John hicieron una cita con un nutriólogo especializado en nutrición deportiva. El dietista le mostró a John cómo hacer coincidir de forma dinámica la ingesta de energía con el gasto, y también le mostró cómo todas las grasas saturadas y trans que consumía aumentaban su dolor muscular. También habló con un entrenador atlético certificado y un entrenador de fuerza y acondicionamiento que trabajó junto con el dietista para elaborar un plan de dieta y ejercicio que ayudaría a John a beneficiarse del ejercicio para

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